viernes, 28 de mayo de 2021

DIA DE LA CARIDAD 2021


Estamos a las puertas de la celebración de la fiesta de la Caridad. En el mensaje de este año, los obispos nos recuerdan “La Eucaristía nos ofrece el don de poder amasar de forma inseparable la caridad y la vida de los pobres. ¿Cómo vivir la Eucaristía sin estar cerca de aquellos más hambrientos, de aquellos con quienes Cristo se identifica al tener hambre, sed, estar desnudo, enfermo o en la cárcel? (Mt 25, 31-46). En esta unión descubrimos la esencia de la dignidad humana que cobra sentido al enraizarse en el mismo Jesucristo.”

Desde un sentido de fraternidad no podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de los demás. Se une la presencia de Cristo Eucaristía, Cristo en el Cuerpo del hermano que sufre, Cristo Buen Samaritano.

“Aunque este año no salgamos por las calles acompañando al Señor sacramentado en procesión, proclamemos nuestra fe y hagamos de nuestras parroquias, comunidades, oratorios y de nosotros mismos, custodias del Cristo que comulgamos como expresión de nuestro amor agradecido y fuente de bendición para muchos.”

Desde Cáritas Diocesana de Tui-Vigo os queremos invitar a las actividades de la Semana de la Caridad. Queremos daros a conocer algunas de las acciones que se realizan y cuál es su fundamento. Lo hacemos desde la experiencia del trabajo diario, el encuentro y la escucha, desde el acompañamiento y en el estilo de vida que pone a la persona en el centro.

Las conferencias son retransmitidas por zoom, están abiertas a todos y esperamos que sean de vuestro interés. La celebración con el obispo se celebra en la parroquia del Inmaculado Corazón de María y nos unimos a una iniciativa de Stela Maris y el Centro de escucha que nos parece muy interesante.  



domingo, 25 de abril de 2021

SANTA CATALINA DE SIENA

El día 29 se celebra la fiesta de Santa Catalina de Siena, Virgen y doctora de la Iglesia y Patrona de Italia y de Europa. Considerada una de las grandes místicas de su siglo (Siglo XIV), destacó su faceta de predicadora y escritora, así como su decisiva contribución al regreso del papado a Roma tras el exilio de Aviñón. Es una santa muy venerada y popular en fundaciones, iglesias y santuarios de la Orden dominicana.

Fue bautizada como Catalina Benincasa y pertenecía a una familia de la clase media-baja. Catalina no tuvo una educación formal; desde temprana edad mostró su gusto por la soledad y la oración, y siendo niña todavía, a la edad de siete años, se consagró a la mortificación e hizo voto de castidad. A los doce años sus padres comenzaron a hacer planes de matrimonio para Catalina, pero ella reaccionó cortándose todo su cabello y encerrándose, con un velo sobre su cabeza. Para persuadirla, sus padres la obligaron a realizar fatigosas tareas domésticas, sin conseguirlo. Un evento inusual, una paloma que se posó en la cabeza de Catalina mientras oraba, convenció a su padre de la sincera vocación de su hija.

A los dieciocho años tomó el hábito de la Orden Tercera de los dominicos. En los carnavales de 1366 vivió lo que describió en sus cartas como un matrimonio místico con Jesús, en la basílica de Santo Domingo de Siena, teniendo diversas visiones como la de Jesucristo en su trono con San Pedro y San Pablo. Sus hagiógrafos sostienen que en 1370 recibió una serie de visiones del infierno, el purgatorio y el cielo, después de las cuales escuchó una voz que le mandaba a salir de su retiro y entrar a la vida pública.

La fama de sus virtudes le dio gran popularidad, pero no la libró de ciertas desconfianzas surgidas en los medios eclesiásticos, los cuales la sometieron a vigilancia. En 1375 recibió en Pisa los estigmas de la pasión; en 1376, hallándose en Aviñón, trabajó en favor del regreso de los papas a Roma. Muy intensa fue la actividad de la santa durante esta época; así, recorrió las cortes de toda Italia para predicar la paz, la concordia y la cruzada contra los turcos; trató asimismo en Roma de evitar el cisma. El fervor de su actuación pública no disminuyó la intensidad de los éxtasis ni el rigor de las prácticas ascéticas. Consumida por el ardor y las fatigas, murió a los treinta y tres años en Roma el 29 de abril de 1380.

Santa Catalina de Siena dictó a algunos fieles discípulos el Diálogo de la divina providencia (1378) y muchísimas Cartas, de las cuales se conservan cerca de cuatrocientas.

Pío II la declaró santa en 1461. En 1939 Pío XII la declaró patrona principal de Italia, junto a San Francisco de Asís. El 3 de octubre de 1970 Pablo VI le otorgó el título de Doctora de la Iglesia. En 1999, bajo el pontificado de Juan Pablo II, se convirtió en una de las Santas Patronas de Europa. 

Que su existencia nos haga comprender el significado de la vida vivida para Dios. Que la fe inquebrantable de la Santa ayude a los enfermos a confiar en el Señor en los momentos de desconsuelo. Que su fuerza con los poderosos indique los valores que verdaderamente cuentan en la vida familiar”. (Papa Francisco)