domingo, 24 de febrero de 2019

VII DEL ORDINARIO "HACED LO QUE QUERÉIS QUE OS HAGAN"


En el Evangelio Jesús habla del amor. En nuestra sociedad se habla también mucho de amor. Pero el amor parece casi como un instrumento que usamos para sentirnos mejor. Tanto nos hemos acostumbrado a vivir en una sociedad de consumo, en la que todo se compra para sentirnos mejor, para hacer nuestra vida más cómoda y más confortable, que el amor y las relaciones humanas también se piensan desde la misma perspectiva. La persona y su bienestar se han colocado de tal manera en el centro de la existencia que todo lo demás, incluidas las otras personas, giran a su alrededor. Todo se contempla desde una perspectiva egoísta. La persona mira continuamente por sus derechos. Y los otros se ponen al servicio de mis necesidades y deseos. Cuánto más placer, comodidad y bienestar consigue la persona, más valiosa será su vida. En la medida en que no consigo un buen coche, una buena casa, un buen salario y/o una persona que me ame, mi vida pierde valor. Ese es el planteamiento actual. 

      Jesús hace un planteamiento tan radicalmente diferente que no se puede decir siquiera que sea opuesto. Es, sencillamente, otra cosa. Entenderlo es entrar en una sabiduría diferente. Vivirlo es tener la posibilidad de alcanzar la felicidad y la dicha más honda. Jesús, de entrada, invita a amar a los enemigos, a que hagamos el bien a los que nos odian. Ahí es donde se nos rompen los esquemas. Ni entendemos ni queremos entender. ¿Cómo voy a hacer el bien al que me hace daño? ¿Voy a hacer un regalo al terrorista que me puso una bomba? ¿Perdono la vida al delincuente que me amenazó con su cuchillo? Esas ideas suenan a imposibles. Después Jesús habla del mérito. Nos dice que, si queremos tener algún mérito, tenemos que hacer precisamente eso porque amar a los que nos aman es demasiado fácil. En el fondo, se ríe de todos los que se pasan la vida haciendo cosas para conseguir otras. Esos tampoco se han enterado de nada. 

      Jesús hace una propuesta clara: amen y háganlo sin esperar nada a cambio. Sin esperar siquiera que Dios los ame y recompense por ello. Ahí está el gran misterio del amor. Y sólo entonces se recibirá la recompensa de la vida y la dicha. Cuando la persona se entrega, sin límites, al amor. Cuando se agota en ese amor. Sin medida. Sin condiciones. Entonces y sólo entonces experimentaremos el amor de Dios que nos envuelve y nos llena. A eso es a lo que Jesús nos invita a todos los cristianos. 

https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/comentario-del-domingo

viernes, 22 de febrero de 2019

10 COSAS QUE TE PASAN CUANDO HACES ADORACIÓN CON FRECUENCIA


La Eucaristía es descrita en el Catecismo como fuente y culmen de la fe. Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, ¡podrás percibir resultados sorprendentes!

“Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos” (Marcos 14, 22-24).

En la cultura actual, la idea de progreso interior es drásticamente desvalorada como “desperdicio de tiempo” o “cosa de los antiguos e ingenuos”. Sólo el progreso exterior parece palpable. Pero el progreso material permanece fuera de nosotros: incluso nos ofrece sentimientos positivos, pero es siempre efímero y sin sustancia. Pero el progreso interior significa que tú te estás transformando y volviéndote mejor.

El tiempo que dedicas a la Adoración puede sorprenderte de muchas maneras. Por ejemplo:

1. Puedes desarrollar un sentimiento de admiración y maravilla
¡No hay nada como la atmósfera de una capilla o iglesia tranquila! El olor del incienso y el esplendor del ostensorio ayudan a comprender la verdad de lo que está sucediendo en la Adoración. ¡Estamos realmente ante Jesucristo! Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad. Cuanto más te quedas en silencio ante la Hostia Santa, más comprendes que la única respuesta a la grandeza de Dios es la maravilla, la admiración y el amor.

2. Experimentas la paz en otras áreas de tu vida
Jesús dijo: “Mi paz les dejo, mi paz les doy” (Jn 14, 27). La paz exterior que podemos experimentar en la Adoración (la quietud y el silencio) van mucho más al fondo y nos llevan a una paz interior que abraza todas las áreas de nuestra vida. Esto no significa que todo será perfecto y sin sufrimiento, pero esa paz nos fortalecerá para enfrentarnos con más firmeza y serenidad a las tempestades de la vida.

3. Empieza a mirar más fuera de ti mismo
Jesús dijo: “Como yo les amé, ámense también ustedes unos a otros” (Jn 13, 34). La Adoración nos conecta al prójimo y al mundo – al final, ¡estamos dedicando tiempo al Creador de todo lo que existe! Más tiempo para alabar y adorar a Dios significa más tiempo para ir más allá de nuestras propias preocupaciones y para atender las necesidades de los demás y del mundo en que vivimos.

4. A veces, es pesado…
Habrá momentos en que la Adoración parecerá “insulsa”, “árida”… Te distraerás, tu mente empezará a divagar… La Adoración regular puede estabilizarse y dejar de parecer especial, pero eso no quita valor ni disminuye la verdad de la Adoración. Nuestra fe es mucho más que los sentimientos, y Dios continuará trabajando en ti aunque sientas o pases por momentos más “secos”. Aunque tu mente divague, estás dando a Dios lo mejor que puedes: ¡tu tiempo, tu compromiso y tu compañía!

5. ¡Te emocionas en la Adoración!
Cuanto más tiempo dedicas a adorar a Dios, más descubres que Él te ama y quiere pasar tiempo contigo. ¡Y más empiezas a querer realmente vivir ese tiempo con Él! Si la Adoración antes parecía rutina, ¡en poco tiempo percibes que deseas hacerla! Como decimos en la misa, “es justo y necesario” dar gracias al Señor. La Adoración a Dios está inscrita en nuestro corazón, y “nuestro corazón está inquieto hasta que no descansa en él” (San Agustín).

6. La gracia entra en tu vida
Es increíble como un simple acto de compromiso con Dios, aunque sea un corto periodo de Adoración, haga la diferencia para el resto de tu vida. Puedes tener la certeza de seguir en su presencia aunque hayas salido de la iglesia o capilla. La gracia te poya en todos los momentos, especialmente en los de tentación. Es más fácil resistir a la tentación cuando se dedica más tiempo a la Adoración.

7. Te das cuenta de lo afortunado que eres
Hay personas que quisieran pasar más tiempo con Jesús en Adoración, pero no pueden porque están enfermos o tienen mil tareas necesarias en el día a día. Hay personas, en muchas regiones del mundo, que arriesgan la vida por la Eucaristía y son perseguidas por causa de la fe. ¡Hay personas que enfrentan situaciones extremamente peligrosas para estar con Jesús! Y tú tienes el regalo de poder adorarlo abiertamente, ¡sin hablar de lo que significa tener un sacerdote para administrar los sacramentos!

8. ¡Comprendes que Dios tiene sentido del humor!
Cuanto más dejas que Dios te hable, en vez de gastar todo tu tiempo hablándole, ¡más notas que Dios tiene un gran sentido del humor! ¡Hay incluso momentos en que quisieras reir en voz alta! Quizás parezca sorprendente, pero los mejores padres ¿no demuestran su amor con buen humor?

9. Vas a querer confesarte más veces
Puede parecer intimidador, pero no lo es. ¡La confesión nos permite experimentar el océano ilimitado de la misericordia de Dios! Su misericordia engulle todos nuestros pecados y nos da una libertad real, una libertad sin miedo, que nos permite entrar en su Amor y en su Bondad! La confesión fortalece la conciencia de que estamos en los brazos de un Padre que nos ama mucho y que “nunca se cansa de perdonar” (Papa Francisco).

10. ¡Te apasionas!
Cuando dedicas tiempo de corazón abierto a adorar a Dios y permitir que Cristo te muestre Su Amor, ¡también te apasionas! ¡Y su amor te revela a ti mismo y permite que seas tú mismo! “Yo he venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

Entonces, ¿a qué estás esperando? Dedica un tiempo a la Adoración Eucarística, ¡y deja a Dios transformar tu vida!


Nosotros tenemos la suerte de poder adorarlo todos los jueves a partir de las ocho y media de la tarde en nuestra Iglesia de Guardia. Nuestro lema: “VEN CUANDO PUEDAS, VETE CUANDO QUIERAS”

martes, 19 de febrero de 2019

NUESTRO EQUIPO DE PASTORAL DE LA SALUD




Todos los cristianos, en virtud de su Bautismo y Confirmación, están llamados a participar en la misión salvadora de la Iglesia. Los Laicos, al igual que los Clérigos, tienen que asumir responsabilidades en la Pastoral de la Iglesia. (Lumen Gentium y Apostólica Actuositatem del Vaticano II, Cristifidelis laici de Juan Pablo II y la Evangelium Gaudium de Francisco).

Muchos son los quehaceres dentro de la Iglesia y diversas las situaciones de los miembros de la misma. Diversas fueron las situaciones con las que se encontró JESÚS en su caminar por el mundo. Diversas son también aquellas con las que se encuentra la Iglesia en su misión salvífica.

Uno de estos campos de acción, dentro y fuera de la Iglesia, es la atención a los enfermos e imposibilitados en sus casas, hospitales y residencias, así como algunos mayores que viven solos, quienes siempre necesitan una atención esmerada.

Los equipos de Pastoral de la Salud están compuestos por grupos de cristianos que haciéndose eco de la exclamación de Jesús: “Estuve enfermo y me visitasteis”, se comprometen a hacer visible en el mundo la presencia de Jesús, en una de sus actitudes más preferidas: atención a los enfermos e imposibilitados, así como a aquellos mayores que se encuentran solos en la vida.

En el equipo de la Pastoral de la Salud, es un lugar donde se aprende, con la práctica a descubrir a otros, caminar juntos y con los enfermos, comprenderse, escucharse, conocerse, incluso a sí mismos y por ello ha de reinar auténtico amor cristiano, saber escuchar, saber valorar las cosas de los demás, por muy insignificante que sean.

Este lunes día 11, se formalizó uno de estos equipos en la Parroquia. En la misa de Nuestra Señora de Lourdes, escenificaron mediante la firma del acta fundacional su pertenencia a dicho grupo y se comprometieron a rezar por los enfermos, visitarlos y formarse en las actividades de la Pastoral Diocesana. Era una de las materias pendientes de nuestro párroco, que siendo el responsable diocesano de la pastoral, en su parroquia no existiera. Nuestra mas sincera felicitación por dar este paso y nuestras oraciones para que tengan éxito en esta labor.

El sábado día 9, se reunió la Pastoral de la Salud en Tuy, y uno de los momentos de dicha reunión fue el de los testimonios. Fueron dos personas, Isaura y Pablo. A Isaura ni la querían operar y solo le recomendaban permanecer en cama pues tenía la columna destrozada, a Pablo empezaban a gangrenársele la piernas lo que posiblemente le llevaría a perderlas, sin embargo los dos estaban en la reunión, Isaura con dos muletas y Pablo andando sin ayuda, y ambos los dos, aparte de agradecer a los médicos su recuperación, contaron como en el tiempo que permanecieron en el hospital, esperaban con ansiedad el momento de la visita de los visitadores de enfermos, de cómo los animaba estas visitas, la alegría que llevaban ante tanta tristeza y el sosiego que les causaba. Unos ángeles decía Isaura.

No se pide demasiado para pertenecer a estos equipos. Estos siete son los primeros, pero pedimos desde esta página que el Espírito Santo nos anime a comprometernos en este tipo de iniciativas y pueda hacerse un grupo numeroso que tanto bien hace a las personas enfermas y sus familias.

Mas imágenes en:



domingo, 17 de febrero de 2019

VI DEL ORDINARIO "DICHOSOS VOSOTROS ... VUESTRA RECOMPENSA SERA GRANDE"


En esta versión de las bienaventuranzas, diferente de la de Mateo, las bendiciones se presentan en paralelo con unas maldiciones. Las maldiciones recogen prácticamente las mismas ideas que hemos comentado de la primera lectura. Los que confían en sí mismos, en el hombre, no tienen mucho futuro. Parece que están condenados al sufrimiento y a la muerte. Confían en sí mismos porque son ricos, porque comen en abundancia, porque gozan y porque todos hablan bien de ellos. En el lado opuesto están los que son declarados “bienaventurados” o “felices” por Jesús. 

      Pero hay un hecho importante a resaltar en este lado de la oposición. Si en la primera lectura se declaraba “bendito” al que confiaba en el Señor, en el Evangelio se declara “bienaventurado” no al que confía en el Señor sino simplemente a los que en este mundo les ha tocado la peor parte. Jesús no dice “dichosos los pobres que confían en Dios”. Dice simplemente “Dichosos los pobres” y “los que tienen hambre” y “los que lloran”. Sin más. No es necesario ningún título más para merecer ser declarados “bienaventurados” por Jesús y recibir la promesa de reino. Sólo la última de las bienaventuranzas se refiere a los discípulos de Jesús, a los que serán perseguidos por causa de su nombre. Esos también son “bienaventurados”. 

      El amor y la misericordia de Dios son para todos los hombres y mujeres. Precisamente por eso se manifiesta, en primer lugar, a aquellos que no tienen nada, a los que les ha tocado la peor parte en este mundo. A ellos se dirige preferentemente el amor Dios. A ellos les tenemos que amar preferentemente los cristianos porque son los “bienaventurados” de Dios. Porque son nuestros hermanos pobres y abandonados. Nosotros confiamos en que en el reino nos encontraremos todos, ellos y nosotros, compartiendo la mesa de la “bienaventuranza”. 

¿Qué garantiza que la promesa de la bienaventuranza para el ser humano se va a realizar en quienes confían en Dios? El acontecimiento histórico e incontestable de la Resurrección de Cristo, del que nos habla el apóstol Pablo en la segunda lectura. Cristo verdaderamente ha resucitado, y en su resurrección se fundamenta la esperanza del creyente de poder participar un día de aquella plenitud de gozo y felicidad que Dios le tiene prometida, pues en Cristo resucitarán para la Vida los que en Él vivan y mueran.


domingo, 10 de febrero de 2019

V DEL ORDINARIO "DESDE AHORA SERAS PESCADOR DE HOMBRES"

Estamos al comienzo de la predicación de Jesús. Un Jesús cercano a la gente sencilla del pueblo. Estamos a la orilla del lago, allá en Galilea. Es el lugar no solo geográfico, sino teológico que Jesús ha escogido para comenzar su misión. La tierra de los pequeños, de los sencillos de Israel, de los que no cuentan para los poderes establecidos.

      El Evangelio de hoy nos acerca a un momento de la vida de Jesús. Está hablando de Dios a la gente, cerca del lago. El gentío es grande y pide a Pedro que le deje subir a su barca para hablar desde ahí. Cuando termina, le invita a remar mar adentro para echar las redes. Ahí se produce la confusión. Ya habían estado toda la noche trabajando y no habían pescado nada. Pero en su nombre vuelven a echar las redes. Se produce el milagro. Y, curiosamente la reacción de Pedro es parecida a la del profeta Isaías en la primera lectura: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Pedro reconoce su pequeñez y la grandeza de Jesús. Se pone a sus pies. Le siguen sus compañeros. Desde ahora, le dice Jesús a Pedro, serás pescador de hombres. Jesús es Dios mismo. No es el Dios en poder de la primera lectura, pero es Dios. Es Dios cercano, hecho hombre, amable, lleno de compasión y misericordia. 

¿Es un milagro solamente? Así podemos verlo y quedarnos maravillados, o ¿es sobre todo una buena noticia para nosotros? ¿Dónde está Jesús hoy? ¿Está entre los grandes y poderosos? ¿Está en los templos o lugares que consideramos sagrados? No, Jesús está entre la gente sencilla. Jesús está cerca de nosotros, en nuestros trabajos, en nuestras casas, en nuestras cosas sencillas de todos los días. Esa es la buena noticia.

¿Cómo nos van las cosas? Puede ser que también nosotros estemos bregando, trabajando duro. Y en nuestra brega, en nuestra lucha de cada día, a veces experimentemos la noche o el cansancio. O tal vez la falta de resultados. Las cosas no ocurren siempre como nosotros deseamos.
Jesús está cerca. Jesús te pide prestada la barca. Jesús se embarca contigo, en tus cosas, en tus asuntos. Si tú le dejas, claro. ¿Quién es el “patrón” de tu barca, de tu vida? Para el verdadero creyente es Jesús. Y en su nombre echamos las redes cada día.

Tu puedes escuchar o no a Jesús. Puedes querer hacer la vida sólo o hacer la vida contando con él. Hay tanta diferencia como de la noche al día. Como de las redes vacías a las redes llenas.

Jesús no se asusta de tu pequeñez. Como no se asustaba de los labios impuros de Isaías, en la primera lectura, o de que Pablo de Tarso hubiera sido un perseguidor de los primeros cristianos.

Pero tienes que abrirle el corazón y la vida, la casa y la barca. Tienes que dejarle coger el timón y fiarte plenamente de Él. Quiere hacerte, como a Pedro “pescador de hombres”. Capaz de contagiar a muchos la experiencia. Te quiere hacer predicador, con la vida y la palabra, de la Buena Noticia de la salvación.

   Seguro que todos hemos visitado alguna de esas iglesias antiguas en las que en el ábside, pintado o en un mosaico, encima del altar, se ve la figura enorme de un Cristo. No está crucificado sino sentado en un trono. Tiene en sus manos los signos de la realeza. Y le rodean los apóstoles, los ángeles y los santos. Es una representación de la corte celestial. Cristo en todo su poder. Esa representación se llama “Pantocrátor”. Quería comunicar a los que la veían la solemnidad, la majestad y la eternidad de Dios. Ante esa imagen, la respuesta del hombre es la que da Isaías en la primera lectura: “¡Ay de mí, estoy perdido!” La majestad y el poder de Dios es tan grande que nos sentimos totalmente anulados ante él. 

      Curiosamente también, Dios actúa del mismo modo tanto en la primera lectura como en Evangelio: salva, purifica, perdona y envía. El profeta se sentía perdido e impuro, Pedro se sentía pecador. A los dos, Dios les recoge, les levanta y les hace colaboradores de su plan de salvación. “No temas, desde ahora serás pescador de hombres”. Para Isaías y para Pedro, y también para nosotros que escuchamos hoy estas lecturas, se abre un nuevo futuro más allá de nuestras limitaciones, de nuestros pecados. Dios nos llama a colaborar con él, a ser mensajeros y testigos de su amor y de su misericordia para todos los hombres y mujeres. Y todo eso por pura gracia y amor de Dios (segunda lectura). 



jueves, 7 de febrero de 2019

VIDEO DEL PAPA DE FEBRERO

(Vaticano, 7 de Febrero de 2019). - Lo vemos diariamente en los noticieros y en la prensa. Les llamamos migrantes económicos, refugiados, clandestinos, extracomunitarios desplazados, menores no acompañados, o como se quiera, olvidando muchas veces que son personas.

Ellos son millones. Se escapan cada día de sus tierras, debido a la guerra, al hambre, a las persecuciones políticas, religiosas, o a las situaciones de pobreza extrema, enfrentando abusos de todo tipo. Lo que en cambio no vemos es, a las organizaciones criminales que lucran con esto, esclavizando a hombres, mujeres y niños, laboral o sexualmente, para el comercio de órganos, para hacerlos mendigar o delinquir.

En El Vídeo del Papa de Febrero nos recuerda que la esclavitud "no es cosa de otros tiempos" y que "no podemos lavarnos las manos si no queremos ser, de alguna manera, cómplices de estos crímenes contra la humanidad".

En colaboración con Thalitha Kum, la red mundial de la vida consagrada comprometida contra la trata de personas, la sección "Migrantes y Refugiados" del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el Servicio Jesuita a los Refugiados, la Pontificia Academia de las Ciencias y el Apostolado del Mar; la Red Mundial de Oración del Papa se suma a la jornada mundial de oración y reflexión contra la trata de personas, bajo el hastag #JuntosContraLaTrataDePersonas.

Conmemorando el 8 de febrero, día en que murió Santa Josefina Bakhita, Francisco nos invita a rezar "por la acogida generosa de las víctimas de la trata de personas, de la prostitución forzada y de la violencia".

Por su parte el Padre Frédéric Fornos SJ, director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, indicó: "Frente a esta tragedia humana, frente a tanto sufrimiento, desamparo y angustia de hombres, mujeres y niños que son víctimas de la trata de seres humanos y de la esclavitud, a menudo en contexto de migración, ¿qué podemos hacer?Denunciar nuestra complicidad, per también rezar. El grito de la oración el que viene del corazón y del cual los salmos son eco". El P. Fornos también recordó que hace unos días la sección "Migrantes y Refugiados" del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral presentó dos documentos importantes para luchar contra todas las formas de trata: "Estos no son discursos -añadió. Estos documentos son una fuerte llamada a cambiar la sociedad, y proponen acciones concretas para toda la Iglesia. El Papa Francisco está fuertemente comprometido con la lucha contra este flagelo en sus diversas expresiones".

PEREGRINACIÓN DE JÓVENES A FÁTIMA

Queremos informaros de una actividad que es una de las más esperadas por los jóvenes en España. Os hablamos de la Peregrinación a Fátima que tendrá lugar del 1 al 5 de marzo con jóvenes de todo el país.

La edad de asistencia está de los 15 a los 35 años. El precio es de 130€ y el plazo para inscribirse del 4 al 15 de febrero.

Toda la información que podáis necesitar la encontraréis en este enlace. 


Y si tenéis alguna duda, estamos a tu disposición.




Delegación de Pastoral Juvenil Tui - Vigo
Más información y contacto:
Teléfono: 667006656
E-mail: tuivigopj@gmail.com
Web: tuivigopj.com
También en: Facebook, Instagram o Twitter

martes, 5 de febrero de 2019

ACTIVIDADES PARROQUIALES


Este fin de semana  hemos tenido varios actos. El sábado fue el día de las candelas, día de la Presentación del Señor, en el que bendecimos las velas y por ello presentamos y bendecimos a los niños bautizados en el 2018 el domingo 3 de febrero, fiesta de San Blas, en el que además de la bendición del pan, se han presentado varias iniciativas parroquiales.

Dentro de las iniciativas, el lunes se organizó una reunión para buscar voluntarios para organizar algún grupo de la pastoral de la salud y visitadores de enfermos. Afortunadamente se presentaron siete personas que han  apostado por ello. El lunes día 11 será la presentación oficial en Nuestra Señora de Lourdes  en la misa de 19:00 horas.

El martes dentro de la campaña de una nueva evangelización, se presentó un taller de oración y vida, que durante quince semanas se desarrollará en nuestra parroquia para todos aquellos que quieran aprender a orar, liberarse de miedos, angustias, tristezas, etc. Abierto a todos se desarrollará durante quince sesiones de dos horas todos los martes a las 19:00 en la casa de las novenas. El próximo martes será la primera sesión, y aunque recomiendan que se hagan todas las sesiones, pueden incorporarse hasta la tercera. Solo se pide puntualidad, perseverancia y rigor.

En la bendición de los niños solamente asistió una familia de las nueve que estaban invitadas, y a la que se le entregó un recuerdo del acto.

Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.

ORACION A SAN BLAS

¡Oh!, glorioso San Blas, que con vuestro martirio habéis dejado a la Iglesia un ilustre testimonio de la fe, alcanzadnos la gracia de conservar este divino don, y de defender sin respetos humanos, de palabra y con las obras, la verdad de la misma fe, hoy tan combatida y ultrajada.
Vos que milagrosamente salvasteis a un niño que iba a morir desgraciadamente del mal de garganta, concedednos vuestro poderoso patrocinio en semejantes enfermedades; y sobre todo obtenedme la gracia de la mortificación cristiana, guardando fielmente los preceptos de la Iglesia, que tanto nos preservan de ofender a Dios. Así sea....


domingo, 3 de febrero de 2019

IV DEL ORDINARIO "NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA"

De entrada parece que todos los profetas lo son siempre de desgracias. Nos anuncian un futuro incierto y entre las sombras que vislumbran nos hablan de amenazas, cataclismos, guerras, epidemias y no sé cuantas otras cosas. Todas malas. Todas negativas. Sus palabras se convierten en amenazas que llegan hasta dentro y rompen la poquita armonía y paz que, quizá, habíamos conseguido establecer en nuestra vida.

Jesús, está claro, es un profeta. Pero no es de esos a lo que estamos acostumbrados. Es muy diferente. No hace ruido. No entra en nuestra vida con grandes gritos ni aspavientos. Apenas unas palabras sencillas. En el Evangelio, continuación del del domingo pasado, hace una de las homilías más breves de la historia. No hace más que recoger lo que ha leído en un texto del profeta Isaías y decir que todo eso se ha cumplido ya. Era un texto que hablaba de liberación para los oprimidos, de consolación para los afligidos, de salud para los enfermos, de libertad para todos. Era el anuncio de la buena nueva de Dios para todos.

En la segunda lectura, Pablo explica también el núcleo del mensaje de Jesús. Es un texto ya conocido pero que vale la pena volver a leerlo y releerlo. Muchas veces. Y llevarlo en la cartera. Y en la mente y en el corazón. Dice que la mejor forma de vivir en cristiano es amar. Ése es el carisma mejor. Explica lo que es amar. Es un amar como el de Jesús, que da la vida por todos, sin medida, sin condiciones. Es el mismo amor de Dios. Porque el cristiano está llamado a vivir el amor de Dios. Pablo explica lo que es y lo que no es el amor. Nos recuerda que sin ese amor nada tiene sentido. Podemos trabajar mucho, dar mucho dinero a los pobres, rezar horas y horas, ayudar en la parroquia y muchas otras cosas. Si todo eso se hace sin amor, no vale nada. Es pura pérdida de tiempo.

Ése es el centro del mensaje del profeta Jesús. Como se ve, no contiene amenazas sino una invitación a vivir en el amor. No habla de un futuro tenebroso sino de un presente lleno de luz y de sentido. En el amor descubrimos la presencia de Dios cerca de nosotros. En el amor se nos hace transparente que los que nos rodean son nuestros hermanos y hermanas, aunque a veces nos parezca que actúan como si no lo fueran. En el amor, la vida se nos hace más vivible y somos más felices. Lo curioso es que la reacción ante el mensaje de Jesús fue de total oposición. Si les hubiese amenazado con el diluvio final, posiblemente le hubiesen escuchado más. Pero el mensaje de Jesús descolocaba a sus oyentes, les invitaba demasiado a cambiar de vida. Nosotros somos hoy a la vez oyentes del mensaje de Jesús y portavoces para el mundo. Con nuestra vida demostraremos que vivir el amor abre un futuro mejor para la humanidad y para el mundo.

https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/?f=2019-02-03