domingo, 24 de junio de 2018

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. SAN JUAN BAUTISTA


     Celebramos la natividad de Juan Bautista. La alegría es, si cabe, mayor, porque la madre por su edad ya no era fértil. También el padre era mayor. No habían sido bendecidos con otros hijos. Con ellos se agotaba la familia, la estirpe. La muerte amenazaba a aquella familia. Por eso la alegría de aquel nacimiento fue mayor de lo normal. La celebración sería por todo lo alto. No era para menos. Todos se sentían llenos de esperanza. Podían mirar al futuro con tranquilidad. Había un niño que extendería la vida de la familia, que portaría su nombre. 

      Y, entonces, surge la pregunta. ¿Qué será ese niño cuando sea mayor? Un niño es siempre una pregunta abierta. La respuesta se irá dando con el paso del tiempo. Cuando crezca, cuando madure, cuando forme él mismo una familia, cuando con su trabajo contribuya al bien común. ¿Qué será de este niño?

       Lo que el ángel dice a Zacarías sobre el futuro niño, el nombre elegido para él y su concepción milagrosa, permiten comprender lo que es el misterio de su vocación: Dios, amándolo con amor eterno formó y plasmó a Juan siervo suyo «desde el vientre… para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel» (1ª. lectura). La identidad de esta persona humana y su misión en el mundo se entrelazan. Él “está hecho” desde el seno materno, Dios lo ha formado y dotado de unas características personales, dones y cualidades para ser el Precursor del Mesías, para preparar el camino al Reconciliador del mundo, para ofrecer «un bautismo de conversión» a todo el pueblo de Israel (2ª. lectura) .

      No se propuso a sí mismo como líder sino que invitó a todos a mirar al que tenía que venir, al que iba a colmar las esperanzas y deseos de todos. Juan se convirtió en el precursor, en el que anunció la llegada inminente del Salvador. No dijo a la gente que le mirase ni que le siguiese a él, sino que señaló a Jesús e invitó a todos a que le siguiesen. 

        Es obvio que Juan, educado por unos padres que eran «justos ante Dios»  y haciendo buen uso de su libertad, desde pequeño supo decirle sí al llamado de Dios. Es por esos “sí” libres, generosos y decididos de cada día que su espíritu fue fortaleciéndose día a día para finalmente llegar a ser quien estaba llamado a ser. Sólo así, desde la fidelidad a su identidad y vocación, pudo llevar a cabo fielmente la misión que Dios le encomendaba: ser el Precursor del Señor, el «Profeta del Altísimo», el último pero el más grande de todos los profetas del antiguo Testamento, aquél que precedió al Señor Jesús «con el espíritu y el poder de Elías» dando testimonio de Él mediante su predicación y su martirio.

      Así se convirtió en modelo del evangelizador cristiano. No se trata de colocarnos en el medio y decir que nos miren y sigan a nosotros, sino de ayudar a todos a que se encuentren con Jesús, a que descubran el Evangelio. Lo nuestro es echarnos a un lado para que Jesús sea el protagonista. Como hizo Juan



martes, 19 de junio de 2018

Y TU ¿DE QUIEN ERES?


Más de dos mil personas para recibir a los más de seiscientos migrantes del Acuarius a Valencia. Nadie para recibir a los más de dos mil que llegaron a Andalucía. Trabajo, seguridad social, pisos, prestación económica, etc. para los más de seiscientos migrantes que llegan a Valencia. En los centros de acogida andaluces, desbordados, tramitando órdenes de expulsión. Queremos quedar bien ante las cámaras, los medios de comunicación transmitiendo en directo la llegada, programas especiales, primeras portadas en los periódicos, 630 migrantes rescatados en aguas de Libia que Italia y Malta no dejan entrar y España en un gesto de generosidad los acoge. No importa cuántos existan durmiendo en las calles, cuántos desahuciados, (esta semana uno se arrojó desde un octavo piso cuando iba a ser desahuciado), cuántos en centros de acogida o en centros de estancia temporal. Lo importante es salir en la foto. Qué buenos somos. Ya lavamos nuestra conciencia. Chimo Puch y Monica Oltra cierran el banco de alimentos y le quitan las ayudas a Cruz Roja pero para la foto son los primeros, hay que salir. Al igual que ellos, otros muchos alcaldes y presidentes autonómicos.

Italia, o más bien su primer ministro, piensa que los barcos de las Ong´s se dedican a transportar los migrantes que salen de Libia para llevarlos a Italia. No es cierto que Italia no acoja migrantes, solo los de ciertos barcos. La Unión Europea ya había dicho a los barcos del Frontex, que no colaboraran con las Ong´s que trabajan en el mediterráneo, los acusa de colaborar con las mafias  que se dedican a traficar con personas ya que reciben llamadas directamente de ellos cuando salen las pateras para que las recojan y las lleven a Italia. Por cierto que la Armada ha recogido a más de quince mil desde que empezaron las misiones  Frontex y los ha trasladado a Italia siempre.

Yo no digo que no haya que acogerlos y tratarlos bien pues todos son hijos de Dios, pero ¿sólo a 630?, ¿qué pasa con todos los que están en los centros de acogida?¿Es justo darles una renta básica de 630€ cuando hay muchos locales que después de trabajar toda su vida y cotizar a la SS cobran bastante menos de pensión, o no tienen ninguna ayuda?¿Es acaso de justicia darle una vivienda, cuando hay muchos sin techo en las ciudades?¿Acaso no hay viviendas para todos los desahuciados? Las administraciones no son capaces de colocar a los millones de parados que hay en el país, pero rápidamente encuentran para los del Acuario. ¿No está fallando algo? Todos merecen las mismas oportunidades, pero claro, no salen en la foto.

Dad y se os dará dice el Evangelio, pero aquí parece que solo a unos pocos y visto lo visto mejor si es con foto. Todo esto me indigna, no se a vosotros.

domingo, 17 de junio de 2018

XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


El Reino de Dios se parece a...

El mensaje fundamental de Jesús fue el anuncio del Reino de Dios. Y para ello escogió un lenguaje sencillo  a través de comparaciones y parábolas fácilmente comprensibles para los que le escuchaban, campesinos pobres en su mayoría pero también letrados y estudiosos de la ley.

      Pero, ¿qué es el Reino? Sorprendentemente, Jesús no lo dice nunca. Suele hablar del Reino. Sus parábolas aluden a diversos aspectos del Reino. Pero nunca lo definen del todo. Sus oyentes van entendiendo poco a poco. Casi podríamos decir que en la medida en que quieren entender. Porque seguro que algunos de los que fueron a escucharle se alejaron de él pensando que aquel hombre no hacía más que contar historietas para niños. 

      Hoy el Evangelio nos trae a la memoria dos parábolas de Jesús. Una acentúa el aspecto misterioso del crecimiento. El Reino se parece a la semilla que siembra el campesino y que luego crece sin que nadie sepa cómo en la oscuridad de la tierra. Pero crece y termina dando su fruto. Da lo mismo que el campesino duerma o esté en vela. Llegará el momento en que lo único que tendrá que hacer será recoger la cosecha. La otra dice que el Reino se parece a la semilla de mostaza, la más pequeña de las semillas, pero que luego se hace tan grande que hasta los pájaros del cielo se cobijan en la planta que sale de aquella semilla. También el Reino crecerá hasta acoger a todos los hijos de Dios sin excepción. 

      Es que el Reino es la obra de Dios que completa misteriosamente su creación, contando ciertamente con la colaboración del hombre ciertamente pero no sólo. Porque la gracia de Dios actúa incluso cuando el hombre duerme. Así es el Reino, mucho más grande que la Iglesia, que apenas es su signo visible. Los cristianos nos comprometemos a trabajar al servicio del Reino, a preparar el campo para que reciba la semilla del Reino. Y Dios será el que, muchas veces sin que nos demos cuenta, hará que crezca en lugares y formas que no podemos imaginar. Porque el campo de Dios es el mundo y la semilla la planta en los corazones de todas las personas que son sus hijos e hijas. Por eso, los cristianos vivimos guiados por la fe, como dice Pablo en la lectura de la segunda carta a los corintios. Hoy, quizá, no vemos el resultado de la obra de Dios que construye el Reino, pero estamos seguros de que él llevará a buen término su obra. Hasta que llegue a su plenitud. 



miércoles, 13 de junio de 2018

SAN ANTONIO DE PADUA


Hace unos días, estando de vista en un monasterio franciscano, me llamó la atención que en su iglesia existía una imagen del Santo, no era de extrañar ya que fue sacerdote de Orden Franciscana, pero haciendo memoria recordé como en la mayoría de las iglesias en las que he entrado hay una imagen del Santo, incluso en el Vaticano hay una enorme. Pregunté por esa coincidencia y aunque me dieron explicaciones varias, mi curiosidad aumentó y eso me llevó a indagar por la red para interesarme por él.

Buscando encontré biografías, milagros, oraciones y mil cosas sobre su persona.

Empezando que es portugués, su nombre Fernando, de familia adinerada y el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia. Estudió en la escuela catedralicia, donde un tío suyo era maestrescuela; más tarde ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa pero su familia le hizo abandonar. Renunció a la herencia familia y se fue a Coimbra a un importante centro de enseñanza religiosa. Parece que fue allí donde conoció a la pequeña comunidad franciscana y se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza y decidió ingresar en la nueva orden. Tras un breve noviciado, embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden. Sin embargo, al poco de desembarcar contrajo la malaria, enfermedad que le dejaría secuelas para toda la vida; convaleciente todo el invierno, se vio obligado a abandonar el país.

Quiso volver a Portugal, pero una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia, y allí permaneció para completar su recuperación. En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís ("capítulo de las Esteras", que convocó a tres mil franciscanos); allí conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coímbra. Ya con buena salud, San Antonio de Padua predicó en la catedral de Forli (sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad) con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos por lo que su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Después por Francia para combatir la herejía que consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos.

A la muerte de San Francisco fue nombrado provincial de Romaña, pero a causa de su mala salud, pidió que le retirasen del cargo.  El general aceptó su renuncia a cambio de formar parte de una comisión que debía presentar al papa Gregorio IX varias cuestiones sobre la regla franciscana que el pontífice debía estudiar y aprobar. Ante él y la curia romana predicó por entonces Antonio, siendo escuchado con entusiasmo: el papa lo llamó "Arca del Testamento".

Después se trasladó a Padua donde por petición del cardenal Rinaldo Conti, (el futuro Alejandro IV), escribió una serie de sermones según las fiestas del año litúrgico y consiguió del Consejo Mayor de la ciudad la liberación de los deudores presos por no tener medios con qué pagar sus deudas (origen del "Estatuto de San Antonio").

El 13 de junio moría en Arcella cuando lo trasladaban a Padua. No tenía aún cuarenta años, y había ejercido su intensa predicación poco más de diez.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, San Antonio de Padua dejó varios tratados de mística y de ascética; todos sus sermones fueron publicados. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946 por el papa Pio XII.
Un año después de su muerte fue canonizado, y su culto, muy popular, se generalizó a partir del siglo XV.

Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto. Todo su cuerpo estaba ya corrupto con excepción de su lengua, lo que provocó una nueva oleada de devoción.

La primera biografía de Antonio de Padua, escrita por un autor anónimo contemporáneo suyo decía:
“Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos, [...] hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia [...]. Liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías de meter las manos en las cosas ajenas [...]. No puedo pasar por alto cómo él inducía a confesar los pecados a una multitud tan grande de hombres y mujeres, que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en no pequeña cantidad lo acompañaban.”

San Antonio es conocido también como el Santo de los Milagros, o el Taumaturgo, o sea, aquel que obra prodigios. Son muchos los milagros atribuidos a San Antonio, muchos según la tradición obrados en vida, como el del  bebé que habló para decir quién era su padre, la predicación a los peces ante el nulo caso que le hacía la gente, la mula que prefiere arrodillarse frente al Santísimo antes que comer, o la resurrección de un bebé que se había ahogado y que gracias a la invocación de la madre al Santo, prometiendo entregar tanto pan como pesa su bebé a los pobres, resucita, y así nace la tradición del pan de San Antonio o pan de los pobres.

Cuentan que antes de morir en su retiro se le veía en su habitación con el Niño Jesús en sus brazos, de ahí que la iconografía lo represente así.

Es el patrón de  franciscanos, contra los naufragios, contra el hambre, indios americanos, animales domésticos, ancianos, pescadores, cosechas, pérdida de objetos, pobreza, mujeres embarazadas, contra la esterilidad, marineros, así como de Portugal, Lisboa, Paderborn y Padua.

Famosa es la oración para la recuperación de los objetos perdidos o la petición de las mujeres para encontrar marido.

Algo aprendí después de todo de este Santo que tanta devoción tiene en todo el mundo y que tantos milagros obra. Ahora sé por qué está en tantas y tantas iglesias.

F.G.M.

domingo, 10 de junio de 2018

X DOMINGO ORDINARIO "ESTOS SON MI MADRE Y MIS HERMANOS"


Hoy, al leer el Evangelio del día, uno no sale de su asombro —“alucina”, como se dice en el lenguaje de la calle—. «Los escribas que habían bajado de Jerusalén» ven la compasión de Jesús por las gentes y su poder que obra en favor de los oprimidos, y —a pesar de todo— le dicen que «está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios» (Mc 3,22). Realmente uno queda sorprendido de hasta dónde pueden llegar la ceguera y la malicia humanas, en este caso de unos letrados. Tienen delante la Bondad en persona, Jesús, el humilde de corazón, el único Inocente y no se enteran. Se supone que ellos son los entendidos, los que conocen las cosas de Dios para ayudar al pueblo, y resulta que no sólo no lo reconocen sino que lo acusan de diabólico.

Pero el hecho interesante es la respuesta que Jesús les dio: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir (…). Nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte”. Esto muestra que Jesús rechaza completamente la idea de que Él está actuando para Satanás. Su condescendencia sin límites le lleva, incluso, a tratar de remover sus corazones argumentándoles con parábolas y consideraciones razonables. Aunque, al final, advierte con su autoridad divina que esa cerrazón de corazón, que es rebeldía ante el Espíritu Santo, quedará sin perdón. Y no porque Dios no quiera perdonar, sino porque para ser perdonado, primero, uno ha de reconocer su pecado.

La escena se remata con esa dosis de maldad hasta el punto de que pretenden responsabilizar a la misma familia de Jesús para que ponga remedio al asunto. "Su madre y sus hermanos" han llegado para llevárselo y convencerle que deje ese camino. Pero Jesús responde como había de responder. Sin renunciar a su madre y a sus hermanos... extiende su familia a todos los enfermos y desvalidos que han encontrado en su "terapia espiritual" una familia nueva que les acoja y les cuide. Son los seguidores del reino de Dios que liberándose de esa cultura demoníaca inaceptable, sienten que de verdad Dios está con ellos en sus sufrimientos.

https://evangeli.net/evangelio/dia/2018-06-10
https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/10-6-2018/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/

sábado, 9 de junio de 2018

INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


El Inmaculado Corazón de María es una devoción mariana católica que ganó un lugar destacado por medio de las apariciones de Fátima y encontró el reconocimiento definitivo por las revelaciones de Jesucristo hechas a la Beata Alejandrina de Balazar. Esta devoción consiste en la veneración del Corazón de la Santísima Virgen María, madre de Jesús.

Sin embargo, hay indicios y menciones devocionales al Corazón de la Santísima Virgen María, madre de Jesús en textos de diversos padres de la Iglesia, que son retomados en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes (1601-1680), misionero francés fundador de la Congregación de Jesús y María.

San Juan Eudes fue quien promovió la celebración litúrgica del Inmaculado Corazón de María; aunque su aprobación por la Santa Sede no llegó hasta 1855. En 1914, con ocasión de la reforma del misal romano, la fiesta del Corazón de María fue trasladada del cuerpo del misal a un apéndice del mismo, entre las fiestas pro aliquibus locis.

Hubo muchas peticiones para que esta fiesta se extendiera a toda la Iglesia, en especial las peticiones de los Claretianos.El 31 de octubre de 1942 y luego, de manera solemne, el 8 de diciembre en la Basílica de San Pedro, cumpliéndose el 25 aniversario de las apariciones de Fátima, Pío XII consagró la Iglesia y el género humano al Inmaculado Corazón de María.

El 4 de marzo de 1944, con el decreto Cultus liturgicus, el pontífice extendió a toda la Iglesia latina la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María, y asigno como día propio el 22 de agosto, que es la octava de la Asunción, y elevándola a rito doble de segunda clase.

Oración (acto de consagración al Inmaculado Corazón de María)

Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos y mis acciones 
Quiero ser como tú quieres que sea, hacer lo que tú quieres que haga.
No temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús, con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que esté siempre contigo. Amén.



viernes, 8 de junio de 2018

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.


En el rito romano, la celebración litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús es una solemnidad que se festeja el viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés, aunque todo el mes de junio está, de algún modo, dedicado por la piedad cristiana al Corazón de Cristo.

La devoción al Corazón de Jesús es de origen medieval, siendo los escritos de santa Matilde de Hackeborn, santa Gertrudis de Helfta y santa Ángela de Foligno los testimonios más antiguos. Sin embargo, la fuente más importante de la devoción, en la forma en que la conocemos actualmente, es santa Margarita María Alacoque, de la Orden de la Visitación de Santa María, a quien Jesús se le apareció en Paray-le-Monial, Francia, solicitando, que se le venerase. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz, entre tanto le dijo: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."

Los jesuitas extendieron la devoción por el mundo a través de los miembros de la Compañía, y los libros de los jesuitas Juan Croisset y José de Gallifet fueron fundamentales para esta difusión. A pesar de controversias y de opositores, como los jansenistas, los fieles confiaron en la promesa que Jesús hizo a la santa: "Mi Corazón reinará a pesar de mis enemigos".

ORACIÓN DE ABANDONO

Tómame Señor Jesús, con todo lo que soy; con todo lo que tengo y lo que hago, lo que pienso y lo que vivo. Tómame en mi espíritu, para que se una a Ti; en lo más íntimo de mi corazón, para que solo te ame a Ti. Tómame, Dios mío, en mis deseos secretos, para que sean mi sueño y mi único fin, mi total adhesión y mi perfecta felicidad. Tómame con tu bondad, llevándome a ti. Tómame con tu dulzura, acogiéndome a Ti. Tómame con tu amor, uniéndome a Ti. Tómame mi Salvador, en tu dolor, tu alegría, tu vida, tu muerte, en la noche de la cruz, en el día de la resurrección. Tómame con tu poder, elevándome hasta Ti. Tómame con tu ardor, inflamándome de Ti. Tómame con tu grandeza, perdiéndome en Ti. Tómame para tu misión, para una entrega total, para servir y amar a mis hermanos. Tómame, oh Cristo mi Dios, Corazón amado, sin límites y sin fin. Toma lo que puedo ofrecerte, y que pueda poseerte a Ti en el abrazo del cielo, tenerte y conservarte para siempre, por los siglos de los siglos. Amén




domingo, 3 de junio de 2018

NOCHE DE ALFOMBRAS



    Todo parte de una idea de D. Benito. ¿Acaso no seriamos capaces de hacer una alfombra floral para el día del Corpus? En la homilía del domingo de la Santísima Trinidad nos anima a intentar hacer algo diferente, a adornar con una alfombra de flores el camino que recorrerá el Santísimo en la procesión del día del Corpus. Pide colaboración para hacer el intento: “Los interesados que se queden ahora al finalizar la misa”.

     Vaya, parece que la idea no ha cuajado demasiado. Solo una persona parece que se anima. Habla con otra y la convence para que si puede eche una mano. Ya son dos.
Después pasa un tercero que también lo animan. Bueno, ya son tres.

     Se empieza a preguntar por grupos de WhatsApp, y unos que sí, otros que no pueden, ya veremos, a ver si puedo, yo llevo flores…

    Empieza la fase de diseño. ¿Qué vamos a hacer? ¿Cuántas? Internet nos facilita las cosas. Se buscan ideas en otras alfombras de otros sitios, modelos que poder copiar. La tarea parece sencilla, pero ¿seremos capaces de hacer algo así? Buscamos cosas sencillas. Hay que tener en cuenta que no hay nadie que haya hecho una alfombra, y la cosa que nos parecía sencilla, ya no lo es tanto. Nos decidimos por hacer dos, una a la puerta de la Iglesia y otra en la plaza del crucero. Todo dependerá de la cantidad de flores que consigamos.

     La mente trabaja y parece que ya surgen algunas ideas que podrían servir. Hay hacer el boceto de lo que se quiere y plasmarlo en papel para poder después dibujarlo.

    Ahora toca la iniciativa de pedir flores, sin ellas nada sería posible. Parece que la respuesta es mejor de lo que se esperaba, mucha gente pregunta de qué tipo, colores, etc. Se pide que a ser posible estén deshojadas y separadas por colores, para poder facilitar la tarea a la hora de confeccionar la alfombra. Alguna no sabe que es deshojar, ¿no habrá estado enamorada nunca? Sí, no, si, no… me quiere, no me quiere…

     Y llega el día. Nos encontramos con un montón de pétalos de distintos colores, y tipos florales que hay que organizar, picar, separar,… Parece que se anima más gente a colaborar. Esto promete.
Empezamos por la de Iglesia pintando con tiza en el suelo el diseño, que si más para allí, que más pequeña, que aquí no, más a la derecha, que no está centrada... Ahí está perfecta. A perfilar las figuras que se han pintado. Poco a poco va tomando forma. Blanco, amarillo, rojo, la figura empieza a tener armonía, como la del grupo que se ha formado. Ya somos media docena.


    Mientras se va terminando de formar la de la Iglesia, es hora de acometer la del crucero. Sobre la marcha se cambia el diseño, iba a ser una flor de ocho pétalos sobre un fondo rectangular y terminan seis pétalos en un fondo hexagonal. No importa quedará bien.
    Llegan refuerzos y la cosa avanza con rapidez. Se termina la alfombra de la Iglesia y ya todos, manos a la obra acometemos la del crucero, que rápidamente queda hecha. Parece que han quedado perfectas. Ahora que el tiempo acompañe y no llueva o se levante viento. Decidimos taparlas con un plástico en previsión, ya que amenaza lluvia. Y llovió, poco y suave, lo que provocó que el plástico sujetara mejor las flores.


     Como habían sobrado muchas flores, se decidió hacer un camino de flores por donde iba a pasar la procesión. Se hizo por la mañana, antes de la misa.
El equipo alfombrero

    Puede que no quedaran perfectas, pero pienso que para ser las primeras que hacemos, sin tener ni idea de cómo hacerlas, y no siendo profesionales,  quedaron bastante bien y nos sentimos orgullosos, todo el equipo, de nuestro trabajo.


F.G.M.

TOMAD, ESTO ES MI CUERPO

  Hoy celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, más conocida entre nosotros como el “Corpus Cristi”. Estamos ante un dogma central de nuestra fe que es la Presencia real del Señor Jesús en el pan y el vino eucarístico. 


    La Comunidad cristiana, desde los primeros momentos de su existencia, tuvo una conciencia muy clara de esta presencia al reunirse para recordar la cena del Señor. En el pan y el vino que compartían encontraban la fortaleza para ser testigos de su fe en medio de las persecuciones. 

     Con el tiempo, al estabilizarse la vida de la iglesia, surgen otras manifestaciones litúrgicas en torno a esta presencia en el pan eucarístico, tales como la devoción al “Santísimo Sacramento”, reservado en los sagrarios de las pequeñas o grandes iglesias repartidas por todo el mundo cristiano. Es una presencia que hasta nuestros días alienta la oración privada de los fieles.

    En el ambiente de la última cena, Jesús abre su corazón a los discípulos, y les recuerda aspectos fundamentales sobre su misión mesiánica, tal como lo recogen los evangelios. En este contexto, como si fuera su testamento, aparece la novedad de la eucaristía, cuya transcendencia no se puede desligar de la pasión del Señor anunciada en esa cena pascual. El evangelista  Marcos nos da las claves del misterio eucarístico, lo hace de una forma concisa pero a la vez suficiente para comprenderlo. Dice simplemente que Jesús tomó pan, y pronuncio la bendición, lo partió y se lo dio a sus diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo”. Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y les dice: “Esta es mi sangre de la Alianza, que se derrama por todos”. Y les anuncia que no beberá del fruto de la vid hasta que beba el vino nuevo en el Reino de Dios. En este breve relato está expresado el contenido profundo de la eucaristía, entendida como Sacramento necesario para vivir la fe.

    En primer lugar, es una invitación a tomar el cuerpo y la sangre de Cristo como alimento y seguir sus pasos. Jesús cuando dice tomad y comed, quiere decir que tomemos la vida en nuestras manos, que recibir la Eucaristía no es algo estático, sino dinámico, que exige lucha para salir del pecado o para superar situaciones difíciles y comprometidas que no encajan en el proyecto cristiano. Es muy importante, entender esto, porque algunos piensan que el comulgar es un premio, una medalla que se da a las personas buenas.  La eucaristía es una llamada a la esperanza, que nos recuerda que somos en realidad lo que celebramos, porque ya no somos nuestra propia debilidad, ni nuestros odios, ni nuestros traumas, ni siquiera nuestros mismos pensamientos, ni la suma de nuestros pecados o errores. No, no somos eso. Podemos decir como el apóstol Pablo: Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí.

    El pan partido y repartido, es también el compromiso personal de los creyentes para ser testigos de su muerte y resurrección. Jesús, parte el Pan y se lo ofrece a sus discípulos, y con este gesto los invita a asumir un compromiso integrándose en la acción redentora del Verbo hecho carne siguiendo su misión. Así lo entendieron sus discípulos en sus primeros pasos después de la muerte de Jesús siendo testigos de la Resurrección de Cristo, asumiendo todas sus consecuencias, como fueron las persecuciones y el martirio.

    Pero además, al comulgar nos identificamos con Cristo que al anunciar el Reino de Dios lo hacía no solo de palabra, sino atento a las necesidades de sus contemporáneos. Por eso el pan eucarístico lo hemos de compartir con nuestros hermanos, nos tiene que llevar a ser muy sensibles ante sus necesidades, tanto espirituales como materiales. Recordemos que el Señor ante una multitud fatigada, que lo seguía y tenía hambre, dice a sus discípulos: “dadles vosotros de comer”. Es una responsabilidad que desde sus orígenes la iglesia ha ejercitado como recuerdo del Señor. Por eso hoy, al celebrar el Corpus Cristi, que nos habla del pan partido, nos lleva a pensar sobre el pan compartido y celebramos por eso el Día de la Caridad.

https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/3-6-2018/pautas/