Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras
necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa
y bendita!
Es la primera oración dirigida a
María, conocida en la actualidad, está escrita en griego y se llama Sub
tuum praesidium (Bajo tu protección). En ella, a la Virgen María se le
llama "theotokos", es decir, la "Dadora de nacimiento de
Dios", "la Madre de Dios" y es una referencia bastante
importante desde un punto de vista histórico y teológico.
Esta oración, fue
"encontrada en un fragmento de papiro que data de aproximadamente el año
250 dC", solo un par de siglos después de la muerte y resurrección de
Cristo, aproximadamente un siglo antes de Constantino y el Edicto de Milán, dos
siglos antes del Tercer Concilio Ecuménico, el Concilio de Éfeso, en el cual la
Virgen María fue proclamada oficialmente, por primera vez, "Madre de
Dios", Theotokos.
Este papiro demuestra que ya
existía una devoción a María desde los primeros cristianos, su creencia en su
poderosa intercesión y su papel como intercesora ante Dios quienes la
reconocían como Madre de Dios. Actualmente, es un himno muy utilizado en la
Iglesia en las liturgias católicas.
Resulta impresionante rezar esta
oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250
d.C., que es la fecha en que se dató el papiro en el que se encontraba.
Nosotros no la hemos recibido de
los arqueólogos, sino de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el
caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente.
Resulta agradable, sin embargo,
que la arqueología nos muestre una vez más que la tradición no es algo
inventado, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros
cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.
Fuentes:
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