El evangelio de Lucas nos ofrece
hoy uno de los pasajes más bellos y entrañables de ese caminar con Jesús y de
la actitud del discipulado cristiano. En Lucas, el Padrenuestro se halla dentro
del marco de un catecismo sobre la oración. Está dividido en cuatro partes y
abarca: la petición «¡Enséñanos a orar!», juntamente con el Padrenuestro; la
parábola del amigo que viene a pedir, y que Lucas entiende como exhortación a
ser constantes en la oración; una invitación a orar y la imagen del padre
generoso, que es una invitación a tener confianza en que se nos va a escuchar.
Cuando Jesús está orando, los
discípulos quieren aprender. Sienten que Jesús se transforma. Jesús, en el
evangelio de Lucas, ora muy frecuentemente. No se trata simplemente de un arma
secreta de Jesús, sino de una necesidad que tiene como hombre de estar en
contacto muy personal con Dios, con Dios como Padre. Todos conocemos cuál es la
oración de Jesús, y cómo esa oración no se la guarda para sí, sino que la
comunica a los suyos. Por lo mismo, la predicación de Jesús ha de revelar el
sentido del Padrenuestro. Este es el primer fundamento en que se basa la
explicación que se ha de dar. Sólo el que vive en el Espíritu de Jesús, quiere
decir Lucas, sabrá rezar el Padrenuestro con el espíritu de Jesús. Y sólo sabrá
rezarlo quien sepa escuchar primeramente la predicación de Jesús.
Debemos notar que el Padre es
"la oración específica del discípulo de Jesús", ya que Lucas nos dice
con claridad que los discípulos se lo han pedido y él les ha enseñado. Y los
discípulos se lo pidieron para que ellos también tuvieran una oración que los
identificara ante los demás grupos religiosos que existían. En consecuencia, es
una oración destinada para aquellos que "buscaron" el Reino de Dios,
con plena entrega de vida; para aquellos que convirtieron el Reino de Dios en el
contenido exclusivo de su vida. Pues cuando Jesús nos enseña cómo y qué es lo
que hemos de orar, entonces nos está enseñando implícitamente cómo deberíamos
ser y vivir, para poder orar de esta manera.
¿Qué significa Padre (Abba)? No
es un nombre de tantos para designar a Dios, como ocurría en las plegarias
judías. Era la expresión de los niños pequeños, con la significación genuina de
"Padre querido". Así, pues, Jesús habla con Dios en una atmósfera de
intimidad verdaderamente desacostumbrada. Y enseña a sus discípulos a hacer
otro tanto. Toda la predicación de Jesús está confirmando esto mismo. Jesús,
con palabras estimulantes, alienta a que los discípulos estén persuadidos
previamente en la oración de una confianza sin límites. No se trata, pues, de
un título más, frío o calculado, sino de la primera de las actitudes de la
oración cristiana. Si no tenemos a Dios en nuestras manos, en nuestros brazos,
como un padre o una madre, tienen a su pequeño, no entenderemos para qué vale
orar a Dios.
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