Hoy, la Iglesia contempla
agradecida la maternidad de la Madre de Dios, modelo de su propia maternidad
para con todos nosotros. Lucas nos presenta el “encuentro” de los pastores “con
el Niño”, el cual está acompañado de María, su Madre, y de José. La discreta
presencia de José sugiere la importante misión de ser custodio del gran
misterio del Hijo de Dios. Todos juntos, pastores, María y José, «con el Niño
acostado en el pesebre» son como una imagen preciosa de la Iglesia en
adoración.
“El pesebre”: Jesús ya está ahí
puesto, en una velada alusión a la Eucaristía. ¡Es María quien lo ha puesto!
Lucas habla de un “encuentro”, de un encuentro de los pastores con Jesús. En
efecto, sin la experiencia de un “encuentro” personal con el Señor no se da la fe.
Sólo este “encuentro”, el cual ha comportado un “ver con los propios ojos”, y
en cierta manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser
testigos de la Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar «a
conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño».
Se nos señala aquí un primer
fruto del “encuentro” con Cristo: «Todos los que lo oyeron se maravillaban».
Hemos de pedir la gracia de saber suscitar esta admiración en aquellos a
quienes anunciamos el Evangelio.
Hay todavía un segundo fruto de
este encuentro: «Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por
todo lo que habían oído y visto». La adoración del Niño les llena el corazón de
entusiasmo por comunicar lo que han visto y oído, y la comunicación de lo que
han visto y oído los conduce hasta la plegaria de alabanza y de acción de
gracias, a la glorificación del Señor.
María, maestra de contemplación
—«guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» — nos da Jesús,
cuyo nombre significa “Dios salva”. Su nombre es también nuestra Paz.
¡Acojamos
en el corazón este sagrado y dulcísimo Nombre y tengámoslo frecuentemente en
nuestros labios!
Celebramos también la Jornada
mundial de la Paz (XXVIII), ya que al comenzar el año siempre se celebra esta
jornada de la paz, cuyo mensaje no puede ser ignorado por los cristianos que
deben trabajar denodadamente por la paz amenazada en el mundo.
FELIZ 2020
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