Este fin de semana hemos tenido varios actos. El sábado fue el
día de las candelas, día de la Presentación del Señor, en el que bendecimos las
velas y por ello presentamos y bendecimos a los niños bautizados en el 2018 el domingo
3 de febrero, fiesta de San Blas, en el que además de la bendición del pan, se
han presentado varias iniciativas parroquiales.
Dentro de las iniciativas, el
lunes se organizó una reunión para buscar voluntarios para organizar algún
grupo de la pastoral de la salud y visitadores de enfermos. Afortunadamente se
presentaron siete personas que han
apostado por ello. El lunes día 11 será la presentación oficial en
Nuestra Señora de Lourdes en la misa de
19:00 horas.
El martes dentro de la campaña de
una nueva evangelización, se presentó un taller de oración y vida, que durante
quince semanas se desarrollará en nuestra parroquia para todos aquellos que
quieran aprender a orar, liberarse de miedos, angustias, tristezas, etc.
Abierto a todos se desarrollará durante quince sesiones de dos horas todos los
martes a las 19:00 en la casa de las novenas. El próximo martes será la primera
sesión, y aunque recomiendan que se hagan todas las sesiones, pueden
incorporarse hasta la tercera. Solo se pide puntualidad, perseverancia y rigor.
En la bendición de los niños
solamente asistió una familia de las nueve que estaban invitadas, y a la que se
le entregó un recuerdo del acto.
Según la tradición, Blas de
Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a
personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele
en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de
bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.
ORACION A SAN BLAS
¡Oh!, glorioso San Blas, que con vuestro martirio habéis dejado a la
Iglesia un ilustre testimonio de la fe, alcanzadnos la gracia de conservar este
divino don, y de defender sin respetos humanos, de palabra y con las obras, la
verdad de la misma fe, hoy tan combatida y ultrajada.
Vos que milagrosamente salvasteis a un niño que iba a morir
desgraciadamente del mal de garganta, concedednos vuestro poderoso patrocinio
en semejantes enfermedades; y sobre todo obtenedme la gracia de la
mortificación cristiana, guardando fielmente los preceptos de la Iglesia, que
tanto nos preservan de ofender a Dios. Así sea....
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