domingo, 7 de diciembre de 2025

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO: Dios nos llama a la conversión

Este segundo domingo de Adviento nos invita a mirar hacia dentro y reconocer los caminos torcidos de nuestra vida: las distracciones, los rencores, las indiferencias. El Evangelio nos interpela radicalmente a través de la voz de Juan el Bautista: «Arrepiéntanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos» (Lc 3, 4). El mensaje es claro: Dios nos está llamando a la conversión, no como castigo, sino como oportunidad de renovación.

Juan era ese a quien el profeta Isaías describió como la “voz que clama en el desierto”; aquel que viene a despertar los corazones adormecidos: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos” (Mt 3. 1-2). Nuestra respuesta debe ser alejarnos del pecado y preparar el corazón para recibir al Señor Jesús. El Espíritu nos llama a reconciliarnos con Dios, acercándonos al sacramento de la Reconciliación (confesión).

En la segunda semana de Adviento, la Iglesia motiva a sus hijos a acoger el don de la reconciliación mediante la Confesión. Este es un sacramento que nos devuelve la amistad con el Señor, debilitada por el pecado. No olvidemos que la Confesión, además de concedernos el perdón, nos fortalece para no volver a pecar. Meditemos el Evangelio de hoy (Mateo 3, 1-12).

La segunda vela encendida en la corona representa la fe que se enciende en medio de la espera, y nos recuerda que el Señor viene no solo en Navidad, sino cada vez que abrimos el corazón a su presencia.

Pidamos a María, Madre de la Esperanza, que nos enseñe a esperar con alegría y a preparar nuestro corazón para recibir al Salvador.

Feliz Domingo.

 

 

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