jueves, 18 de abril de 2019

JUEVES SANTO: LA CENA DEL SEÑOR


En este Jueves Santo, nos reunimos  para acompañar a Jesús en su duro camino hasta su cruz y muerte,  intentando ser capaces de imitarlo en las realidades de nuestras vidas.

Contemplamos como Jesús  lava los pies a sus discípulos y les da el pan y el vino de la Eucaristía para que nosotros hagamos como Él y vivamos siempre unidos a Él.

Una vez más sentimos la verdad del misterio que se renueva, de los dones que Cristo nos ha preparado para siempre. Y el jueves Santo se inscribe no en el pasado de aquel año en que Jesús murió, sino en la perenne presencia de un misterio que da sentido a nuestra vida.

Jesús nos pide en este día que oremos con Él y también con Él compartamos su amor, su dolor y tristeza.

Señor, queremos estar junto a Ti, quizá no sepamos decirte cosas, pero queremos estar y sentir tu amor y también queremos amarte y que nos enseñes a amar, acógenos como discípulos que quieren escucharte, seguirte, haz de nosotros tus amigos.

Señor, toca nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos y llénanos de la vida que solo Tú sabes dar.

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte

Tú me mueves, Señor, muéveme al verte
clavado en una cruz y encarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.

No tienes que me dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. 
Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario