“Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”, pidió la Virgen María a los pastorcitos en sus apariciones en Fátima. Más de un siglo después, Mater Fátima convocó a creyentes a un gran encuentro de oración y adoración que se celebró ayer jueves en el centenario de la muerte de San Francisco Marto, uno de los tres pastorcitos a los que se le apareció la Virgen en Leiria.
De este modo, la parroquia de
Fátima a través de esta iniciativa y con el apoyo del cardenal Antonio Marto,
obispo de Leiria-Fátima, así como del propio santuario, invitó al mundo a una
adoración eucarística donde se rezó el Rosario en varios idiomas. Al final
se hizo una consagración al Inmaculado Corazón de María.
Más de 70 santuarios y parroquias
de 50 países de todo el mundo se unieron al rezo del Rosario por la paz de
manera presencial en sus iglesias o siguiéndolo a través de cerca de 90 medios
de comunicación que lo retransmitieron, entre estaciones de televisión, radios
o plataformas de Internet.
Esta gran celebración se llevó a cabo en la parroquia de
Fátima en Dos Pastorinhos, en la localidad de Fátima (Portugal), y estaban
invitados todos aquellos que buscan “consuelo, esperanza, paz y
reconciliación”, pues según los organizadores “una oportunidad para quienes
quieran compartir la alegría de su fe en un mundo necesitado de Dios”.
La participación fue extensa y
todos los que quisieron unirse espiritualmente a este encuentro pudieron
hacerlo en catedrales, parroquias, colegios o instituciones de todo el mundo rezando
el Rosario y estando en comunión con Mater Fátima.
Una invitación a todos los
estratos y grupos de la sociedad.
El Santo Rosario se rezó
meditando los misterios luminosos, establecidos por San Juan Pablo II, quien le
agradeció a la Virgen de Fátima haber sobrevivido al atentado que sufrió el 13
de mayo de 1981. Estas fueron las intenciones por las que se rezó este
Rosario a nivel mundial:
1. Paz
en el mundo, por el Santo Padre y por el fin del aborto.
2. Conversión
de los pobres pecadores.
3. Reparación
de los corazones de Jesús y María.
4. Conversión
de Rusia.
5. Interceder
por las almas del Purgatorio.
Posteriormente, ante el Santísimo
Sacramento se realizó la consagración al Inmaculado Corazón de la Virgen
María. Para ello se utilizó la oración que fue escrita por San Juan Pablo II y
recitada por él el 25 de marzo de 1984 en el Santuario de la Virgen de Fátima
cuando consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María.
“Nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio
y el camino que te conducirá a Dios”, dijo la Virgen a los pastorcitos.
En nuestra parroquia nos unimos a
ésta celebración en la Capilla de los Liñares, donde nos conectamos en directo
con Fátima para hacer junto a ellos el Rosario.
Fueron unos momentos donde se respiraba la comunión con los de allí, en
un Rosario plurilingüe donde no importaba el idioma, todos rezábamos en el
nuestro, al mismo tiempo, sin pensar que en todo el mundo estaban haciendo lo
mismo.
El próximo encuentro el 20 de
febrero de 2020, con motivo del centenario de la muerte de Santa Jacinta Marto.
Estamos todos invitados.
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