El 30 de mayo de 1919, en el
Cerro de los Ángeles (Getafe), centro geográfico de España, se congregaron las
autoridades religiosas, civiles y militares, con gran multitud de fieles, junto
al recién construido monumento al Sagrado Corazón de Jesús.
El nuncio de Su Santidad,
Francesco Ragonesi, lo bendijo. Luego, el arzobispo de Madrid, Prudencio Melo,
presidió la santa misa. Antes de la bendición final se leyó́ un telegrama del
papa Benedicto XV. El nuncio impartió́ la bendición papal y, a continuación, se
expuso solemnemente el Santísimo Sacramento. Estando entonces arrodillados
todos los presentes, el rey Alfonso XIII, de pie, en nombre del pueblo español,
hizo lectura solemne de la oración mediante la cual se expresaba públicamente
la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús: “España, pueblo de
tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante ese trono de
tus bondades que para Ti se alza en el centro de la Península… Reinad en los
corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los
sabios, en las aulas de las ciencias y de las letras y en nuestras leyes e
instituciones patrias”.
En la columna que sostiene la
imagen de Jesucristo se leen las siguientes palabras: Reino en España. Se
daba así́ cumplimiento a la promesa hecha por el Sagrado Corazón de Jesús
al beato Bernardo de Hoyos –“Reinaré en España”–, a la vez que se
materializaba en nuestra nación la petición del papa León XIII al consagrar el género
humano al Corazón de Cristo (11 de junio de 1889), expuesta en la encíclica
Annum sacrum.
La validez de cuanto tuvo lugar
aquel 30 de mayo de 1919 ha quedado confirmada por los innumerables frutos de
santidad, no exentos de persecución, que se han producido en este tiempo.
Al inicio de la Guerra Civil,
el 23 de julio de 1936, cinco jóvenes fueron asesinados por defender y guardar
el monumento de posibles atentados. Días
después de los asesinatos, el 7 de agosto, milicianos del bando
republicano llevaron a cabo una "ceremonia" por ellos mismos
fotografiada, de fusilar la imagen de Jesús; tras ello, procedieron a la
destrucción de las esculturas, primeramente "a mano" y por último,
dada la dureza de su material, recurrieron a la dinamita hasta lograr reducirlo
a ruinas. La prensa del Frente Popular publicó en portada y en primera página
las fotografías del "fusilamiento" y comentó favorablemente el hecho
("Desaparición de un estorbo"). El Ayuntamiento de Getafe, en
decisión refrendada por el Gobierno de la República, cambió el nombre cerro de
los Ángeles por el de "cerro Rojo", nombre que conservó hasta el
final de la guerra civil.
Terminada la guerra, el régimen
de Franco recuperó su nombre original y dio orden de construir un
nuevo monumento, réplica del anterior, que comenzó a edificarse en 1944. Este nuevo monumento fue inaugurado en el año 1965. Se conserva lo que quedó del anterior monumento (la base y el arranque del pedestal). Dichas ruinas fueron trasladadas al lugar que hoy ocupan para dejar despejado el solar para la nueva construcción. El nuevo monumento se levantó en el mismo lugar que ocupaba el original.
Cien años mas tarde, más de
12.000 fieles católicos presentes en la explanada del Santuario del Cerro de
los Ángeles (Getafe), junto a cuatro cardenales y más de una veintena de
obispos, han renovado la Consagración de España al Sagrado Corazón, en una
ceremonia celebrada a los pies del monumento dedicado al Corazón de Cristo,
el mismo lugar en el que se hizo por primera vez en 1919, coincidiendo entonces
con su inauguración.
Cien años después, D. Ginés
García Beltrán, obispo de Getafe y anfitrión del acto, dio la bienvenida a los
fieles venidos desde distintos puntos de la geografía española. El pastor
getafense manifestó durante sus palabras de bienvenida que en estos últimos
cien años “muchas cosas han cambiado, pero que, si algo permanece, es el
Amor del Corazón de Cristo”.
En la celebración también estuvo
presente el hasta ahora Nuncio de Su Santidad, D. Renzo Fratini, quien ha transmitido
la bendición del papa Francisco, animando a los fieles a que sean
“testigos de Cristo para que su Amor reine en todos los hogares”.
La Santa Misa fue presidida
por el cardenal arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro, quien en su homilía
aseguró que los católicos somos “el Pueblo de Dios”. “Este Pueblo que camina en España
quiere renovar y consagrarse, y consagrar a España una vez más, al Corazón de
Jesús. Somos el Pueblo de Dios que vive entre el pueblo que camina en España.
Sentimos el gozo de sabernos hermanos de todos los hombres. Asumimos con toda
nuestra vida la misión que nos ha confiado el Señor y también la
responsabilidad en la misión que nos dio Él, de no desentendernos de nada que
afecte al ser humano ni de nadie. A todos los ponemos junto al Señor sabiendo
que quien cuida a todos es Él”, dijo el cardenal arzobispo de Madrid
“Solamente un pueblo crece si se
preguntan todos los que pertenecen a él, aunque sea desde perspectivas
distintas, pero con convicción profunda, ‘quién es mi prójimo’. Cuando
olvidamos esta pregunta habrá grupos, pero no hay pueblo. Esto es precisamente
lo que nos enseña el amor de Dios, manifestado en el Corazón de Jesús”, añadió.
Tras la celebración, todos los
presentes recitaron la oración con la que se renovó la Consagración de España
al Corazón de Cristo: “Señor Jesucristo, Salvador del
mundo, al cumplirse el centenario de la Consagración de España a tu Sagrado
Corazón, los fieles católicos volvemos a postrarnos en este lugar, donde se
levanta este trono de tus bondades, para expresar nuestra inmensa gratitud por
los bienes innumerables que has derramado sobre este pueblo de tu herencia y de
tus predilecciones”, rezaba la oración.
https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_al_Sagrado_Coraz%C3%B3n_de_Jes%C3%BAs_del_Cerro_de_los_%C3%81ngeles
No hay comentarios:
Publicar un comentario