sábado, 11 de octubre de 2025

LLEGAR TARDE A MISA

Llegar a misa a tiempo (incluso con algo de antelación) no es solo una cuestión de cortesía, sino de respeto y amor a Dios y a la comunidad. La Misa es una unidad, desde el Acto Penitencial hasta la Comunión final. Todo tiene sentido en conjunto.

 La misa no es una reunión cualquiera, sino el Sacrificio de Cristo actualizado en el altar, el acto más grande de adoración que la Iglesia puede ofrecer. Participar plenamente desde el inicio es una forma de reconocer eso y de preparar el corazón para encontrarse con el Señor.

La Iglesia Católica enseña que los fieles deben participar entera y conscientemente en la Eucaristía: “Los fieles deben estar presentes desde el comienzo hasta el final de la celebración para participar plena, consciente y activamente.” (Instrucción General del Misal Romano, n. 17 y 18)

Además, el Código de Derecho Canónico (c. 1247) dice que los católicos tienen el deber de participar en la Misa los domingos y días de precepto y esto requiere participar plenamente, especialmente en la Liturgia de la Palabra (que incluye los Ritos Iniciales, Lecturas, Evangelio, homilía) y la Liturgia de la Eucaristía. Ambas son esenciales, como enseña el Concilio Vaticano II (Sacrosanctum Concilium, n. 56): “Las dos partes que constituyen, en cierto modo, un solo acto de culto, están tan íntimamente unidas que forman una sola acción litúrgica.” Por tanto, asistir a toda la Misa, desde el inicio hasta el final, es el modo normal y correcto de participar.

Pero ¿qué pasa si llego tarde a Misa? Muchos llegan tarde a Misa y dicen “no importa llegar tarde, lo importante es estar”.  ¿Hasta qué punto si llegas cuando ya la Misa ha iniciado cumples con el precepto? La instrucción general del Misal romano en los numerales 46 y 47 nos explica que la Eucaristía se inicia con los Ritos Iniciales, los cuales tienen como objetivo reunir a la asamblea, disponerla a la escucha de la palabra de Dios y prepararla para vivir dignamente la Eucaristía, es decir es una parte esencial de la celebración. Saltarla o llegar tarde es perdernos esta preparación inicial y así no estar dispuesto para vivir la Eucaristía plenamente y sobre todo romper con la unidad de la asamblea.

Piensa esto, si te invitan a una cena importante y llegas después de que ya sirvieron el plato fuerte, ¿no crees que estaría mal?, te has perdido el saludo, la disposición inicial, los platos de entrada, ...  Así pasa en la Eucaristía no sólo es llegar a comulgar el cuerpo de Cristo, es vivir todo el banquete. La Iglesia nos enseña que para cumplir con el precepto dominical hay que vivir la Eucaristía completa, y participar de toda la celebración.

La Iglesia no define un minuto exacto o una parte específica como el “mínimo válido”, pero basándonos en la enseñanza tradicional y el sentido teológico, se considera que se debe estar presente al menos desde el inicio de la Liturgia de la Palabra hasta el final de la Liturgia de la Eucaristía, es decir, desde las lecturas bíblicas (mejor si desde la primera lectura, pero como mínimo desde el Evangelio) hasta el final de la Misa (incluyendo la comunión y bendición final)

No se cumpliría el precepto si llegas después del Evangelio, y sin una causa justa (como enfermedad, accidente, transporte, niños, etc.); si te vas antes de la comunión o de la bendición final, sin una razón válida; si estás físicamente presente pero no participas conscientemente (dormido, distraído completamente, etc.).

Más allá de la norma, lo importante es el amor y la reverencia: si realmente creemos que en la Misa nos encontramos con Cristo vivo, tratamos de llegar antes, no solo “a tiempo”, para disponernos en silencio y oración.

La misa no es un trámite, es un encuentro con Cristo. Si llegas tarde por una razón seria, no hay culpa grave, si fue por descuido o pereza habitual, conviene mencionarlo en confesión.

Por lo tanto, tenemos que tratar de llegar antes del Acto Penitencial, porque es aquí donde se perdonan todos esos pecados veniales que traemos de nuestro día a día, y así dignificar nuestro corazón para recibir a Cristo, pero si se representa alguna situación difícil por lo menos trata de llegar antes del Acto Penitencial para así participar de la celebración eucarística completa.

 

miércoles, 8 de octubre de 2025

SACRAMENTO DEL BAUTISMO

El Bautismo es el primero de los sacramentos de la Iglesia y la puerta de entrada a los demás sacramentos y a la vida en Cristo, la vida cristiana. Se le llama también el “sacramento de la fe”, porque la persona al ser bautizada, a través de él, se une a Cristo y a su Cuerpo místico, la Iglesia, que es la familia de Dios, en definitiva, comienza un camino de adhesión a Cristo y a su comunidad. “El Bautismo es el sacramento de la regeneración por el agua en la palabra." (CIC 1213). El bautismo representa una transformación radical, un renacimiento a una vida espiritual y el perdón de todos los pecados, incluyendo el pecado original.

El rito infunde el Espíritu Santo en la persona, haciéndola templo del Espíritu y capaz de vivir una vida sobrenatural. Este sacramento fue instituido por Jesús, quien mandó a sus discípulos: "Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo." (Mateo 28, 19-20). Por ello, la Iglesia desde los primeros tiempos lo ha considerado necesario para la salvación.

El Bautismo borra el pecado original, y también todos los pecados cometidos antes de recibirlo. Nos hace hijos de Dios, miembros de la Iglesia y herederos de la vida eterna. Es un don gratuito, que la persona recibe por la gracia divina y no por méritos propios. “El Bautismo confiere la gracia santificante; borra el pecado original y todos los pecados personales; nos hace miembros de Cristo y de la Iglesia." (CIC 1214)

Uno de los símbolos más importantes es el agua. La inmersión en el agua simboliza la purificación, la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida con Cristo. Así como el agua limpia y da vida, en el Bautismo se convierte en signo de regeneración espiritual. "Jesús respondió: ‘En verdad, en verdad te digo, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.’." (Juan 3, 5). Se pronuncia la fórmula "Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo".

La cruz trazada en la frente es otro signo esencial. Con ella se señala la pertenencia a Cristo, recordando que el bautizado le pertenece de manera definitiva. “Fuimos, pues, con él sepultados por el Bautismo en la muerte, a fin de que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva." (Romanos 6, 4)

La unción con el Santo Crisma significa la participación del bautizado en la triple misión de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Por esta unción, se fortalece con el Espíritu Santo para vivir como testigo de la fe. “Pedro les dijo: ‘Convertíos y cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo’." (Hechos 2, 38)

La vestidura blanca simboliza la nueva dignidad: la pureza, la vida nueva y la gracia que reviste al cristiano. Se invita a conservarla limpia hasta la vida eterna.

El cirio encendido tomado del cirio pascual representa la luz de Cristo, que ilumina al nuevo bautizado. Indica que está llamado a vivir como “hijo de la luz” y a perseverar en la fe. “El agua del Bautismo simboliza la muerte al pecado y la vida nueva en Cristo. La vestidura blanca y el cirio encendido son signos de la pureza y la luz de Cristo." (CIC 1234)

En la celebración también están los padrinos, cuya misión es acompañar al bautizado en su camino de fe, apoyando la formación cristiana y el testimonio. En este caso, los padres y padrinos hacen la profesión de fe en nombre del niño, confiando en la gracia de Dios para el desarrollo espiritual futuro del pequeño." Los padrinos ayudan al bautizado a perseverar en la vida cristiana y a cumplir las obligaciones derivadas del Bautismo."(CIC 1262)

Los beneficios del Bautismo son múltiples:
  • Nos incorpora a la Iglesia, Cuerpo de Cristo.
  • Nos hace hijos adoptivos de Dios.
  • Infunde las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
  • Nos da la gracia santificante, que es la vida de Dios en el alma.
  • Nos abre la puerta a los demás sacramentos.
  • Nos concede la vida eterna, si permanecemos fieles hasta el final.
  • Nos libera del poder del pecado y de la muerte eterna.
El Bautismo es, por tanto, un nuevo nacimiento. De ahí que la Iglesia lo celebre con alegría y lo cuide como fundamento de toda vida cristiana. El bautismo no solamente purifica de todos los pecados, sino que también hace del neófito "una nueva creación", un hijo adoptivo de Dios, que ha sido hecho "participe de la naturaleza divina", miembro de Cristo, coheredero con Él, y templo del Espíritu Santo (CIC 1265).

A lo largo de la vida, el bautizado está llamado a renovar las promesas bautismales, especialmente en la Vigilia Pascual, para recordar su compromiso de renunciar al mal y de vivir en comunión con Dios.

Este sacramento es un don inmenso de amor divino, que transforma la existencia y marca para siempre con el sello de Cristo. Es la primera gracia y la raíz de toda la vida espiritual.

domingo, 5 de octubre de 2025

DESPEDIDA DE D. BENITO

 

Querido D. Juan Benito,

Hoy, al despedirnos de usted tras ocho años compartiendo la vida parroquial, lo hacemos con el corazón lleno de sentimientos encontrados. Su presencia entre nosotros ha dejado huella, y con el paso del tiempo, cada uno sabrá reconocer lo que su ministerio ha aportado a esta comunidad.

Durante este tiempo, hemos sido testigos de su incansable dedicación tanto en el cuidado espiritual como en las muchas mejoras materiales que se han llevado a cabo en nuestra parroquia. Gracias a su esfuerzo y entrega, la Iglesia, la Capilla, el cementerio  y sus alrededores han experimentado importantes renovaciones que perdurarán como testimonio de su paso por nuestra comunidad (se pueden consultar en la web parroquial:

 https://parroquiasanmiguel8.wixsite.com./principal )

Pero, más allá de lo visible, valoramos especialmente su trabajo pastoral, su presencia constante en los sacramentos, y su deseo de fortalecer la vida cristiana en cada rincón de nuestra parroquia.

Hemos compartido caminos de fe, celebraciones, dificultades y también momentos de crecimiento como comunidad. No han faltado desafíos, y somos conscientes de que ha sido un camino con luces y sombras, como toda convivencia sincera. Sabemos que su manera de hablar no siempre fue fácil de entender o aceptar, y que a veces las palabras dolieron más de lo que ayudaron y en ocasiones las formas de comunicar han generado tensiones y opiniones diversas. Sin embargo, también sabemos que detrás de cada palabra y de cada decisión siempre hubo un profundo amor por Jesucristo y una sincera devoción por nuestra querida Virgen de los Liñares.

Lo que nadie puede negar es su pasión por Cristo, su fidelidad a la Iglesia y su inmenso amor por nuestra Virgen de los Liñares. La devoción con la que celebró cada Eucaristía, la fuerza con la que nos habló de Dios, y la forma en que defendió su vocación y su incansable labor por mantener viva nuestra comunidad parroquial nos dejan una huella que no se borra.

Hemos crecido como comunidad gracias a su acompañamiento, y hoy podemos decir con orgullo que ha formado parte de nuestra historia y de nuestras vidas.

Gracias por su tiempo, por su servicio, por sus oraciones y también por sus silencios. Gracias por haber estado, incluso en los momentos en que era difícil hacerlo.

Sabemos que el Señor le llama ahora a continuar su misión en otro lugar, que su nueva comunidad recibirá a un gran sacerdote, y aunque nos duele verle partir, también confiamos en que allí donde vaya, seguirá sembrando esperanza, fe y amor, como lo ha hecho aquí. Le acompañamos con nuestra oración y pidiendo que el Espíritu Santo le siga iluminando en esta nueva etapa, con el deseo sincero de que el Señor le siga fortaleciendo en su misión, y que la Virgen de los Liñares —a quien tanto ha amado y venerado— le acompañe y que lo proteja siempre.

Le deseamos lo mejor en esta nueva etapa de su vida pastoral.

Con cariño y gratitud.


Su comunidad parroquial de San Miguel de Oia


sábado, 4 de octubre de 2025

A JUAN BENITO RODRÍGUEZ GUERREIRO

Hoy en la comida de despedida de D. Benito y tras hacerle unos regalos, nos sorprendía gratamente Chirri con otro regalo, unos versos dedicados a D. Benito que en un tono alegre nos describía el sentir de la mayoría de los comensales.
Los transcribimos aquí, con autorización del autor, para el deleite de todos.

A Juan Benito Rodríguez Guerreiro
por apellido  por linaje
el día de su homenaje

No es nada fácil glosar
a este ilustre personaje
que nos hace meditar
y seguirle en su lenguaje.

Se maneja en castellano
en gallego y en latín
y el sufrido pueblo llano
nunca ve llegar el fin

Al rendirle pleitesía
no olvidamos el pavor
que causan sus homilías,
pues del texto desvaría
a pesar de su fervor.

Cuenta la historia sagrada
que el Creador de esta tierra
al finalizar su obra
realizó una maniobra.

Allí arriba, en una esquina
le puso su mano encima
y creó las cinco rías.

Ante un hecho tan notorio
excitáronse los egos,
y comprendiendo el agravio
y compensar el dispendio,
nos instaló a los gallegos.

La anécdota viene a cuento
le va como anillo al dedo
al párroco de este evento

El Salvador le dotó
de una fe inquebrantable
inmenso celo apostólico
una entrega interminable
que envidia cualquier católico.

¿Cuál fue la contrapartida
y compensar sus efectos?
Pongo en forma resumida
los principales defectos.

Siempre fuisteis cabezón
eres como roca dura
desdeñas nuestra opinión
que sale del corazón
y está llena de ternura
(Pido perdón por la rima
hay exceso de autoestima)

No aplica el dicho eclesial
que en época de melones
proceden cortos sermones,
es a la vez impuntual.

Perfilando su talante
el comer bien le estimula
se refleja en su semblante
aunque se queda distante
del pecado de la gula.

Basta ya de hacer reproches
no es lo que tú te mereces
todo lo que nos has dado
es suntuoso legado
que agradecemos con creces.

Lloras porque te cambiaron
y poco te defendieron,
ríen los que te insultaron
y en su vileza gozaron.

Tus lágrimas a millares
y tu rostro entristecido
al mirar ensimismado
a tu Virgen de Liñares.

Tus testigos presenciales
compartimos tu dolor
entendemos lo que vales
porque fue mayor tu amor.

Ese amor se reflejó
cuando llegó la pandemia.
enseguida comprendió
que su trabajo vital
ya no estaba en la parroquia
estaba en el Hospital.

No sigo porque me irrita
el ponerlo por las nubes
si estás abajo subes,
el halago debilita.

He pretendido expresar
el sentir de los presentes
veraneantes ausentes
al no estar en el lugar.

Es Benito nuestro cura,
te vamos a echar de menos
aunque cerca te tendremos,
mientras, nuestro amor, perdure.

El tuyo lo conocemos
pues no tiene condiciones
y todos te agradecemos
que nos colmes de oraciones.

Tienes un nuevo proyecto
y todo inicio es muy duro,
mas si limas los defectos
como tus fines son rectos
logras éxito seguro.

Y ya como colofón
con nuestro mayor afecto
y un cariño predilecto
recibe nuestra oración.

Benito, te quiero,
no hay adiós sino hasta luego.
Gracias por todo


Chirri

En Vigo a 4 de Octubre de 2025

SAN FRANCISCO DE ASÍS

San Francisco de Asís, nacido como Giovanni di Pietro Bernardone en Asís, Italia, hacia 1181 o 1182, fue hijo de un próspero comerciante de telas. Desde joven mostró una personalidad alegre, carismática y amante de la vida. Vivió una juventud acomodada y mundana, tenía todo para ser feliz según el mundo, dinero, comodidades, una buena familia. Soñaba con la gloria militar, y participó en la guerra entre Asís y Perugia, donde fue hecho prisionero. Durante su cautiverio y una posterior enfermedad, Francisco comenzó a experimentar una conversión espiritual profunda. Al regresar a Asís, sus intereses mundanos fueron reemplazados por una creciente búsqueda de Dios. Comenzó a retirarse en soledad para orar y meditar, y fue entonces cuando escuchó una voz de Cristo que le decía: “Francisco, repara mi casa, que, como ves, está en ruinas.” y entonces lo dejó todo, renunció a su herencia a su ropa a sus planes y salió al mundo desnudo de bienes, pero lleno de amor y adoptó una vida de pobreza radical para seguir el Evangelio literalmente. “Lo que hasta ahora me era dulce y placentero, se ha vuelto amargo” – decía al abandonar su antigua vida.

Inicialmente, interpretó este llamado literalmente y reconstruyó con sus propias manos la iglesia de San Damián. Para financiarla, vendió bienes de su padre, lo que provocó un fuerte conflicto familiar. En un acto simbólico y radical, renunció a la herencia paterna y, delante del obispo de Asís, se despojó de sus ropas, declarando: “Desde ahora no diré más ‘padre Pietro Bernardone’, sino ‘Padre nuestro que estás en los cielos’.”

A partir de entonces, vivió como un pobre, predicando el Evangelio y sirviendo a los más necesitados. Su forma de vida atrajo a otros jóvenes, y en 1209 fundó la Orden de los Hermanos Menores (Franciscanos), basada en la pobreza absoluta, la fraternidad y la predicación itinerante.

En 1210, el Papa Inocencio III aprobó oralmente la Regla franciscana, impresionado por la humildad de Francisco. Más adelante, también surgirían la Segunda Orden, o las Clarisas, fundada junto a Santa Clara, y la Tercera Orden para laicos que querían vivir los ideales franciscanos sin dejar sus familias.

Francisco viajó incluso a Tierra Santa en medio de las Cruzadas, y se reunió con el sultán musulmán al-Malik al-Kamil, a quien impresionó por su fe y mansedumbre. Su intención no era convertir por la fuerza, sino con el testimonio de amor cristiano.

La vida de Francisco fue una obra viva del Evangelio. Su principal enseñanza fue el amor a Dios, la paz, la humildad y el respeto por toda la creación. Amaba a través de la pobreza, la fraternidad universal y el respeto por toda la creación a cada criatura, a cada persona, porque veía a Dios en todo y sobre todo amaba a Cristo crucificado al que quiso imitar hasta en sus llagas. Llamaba “hermanos” y “hermanas” a todos los seres vivos, e incluso a los elementos naturales, como el sol, el agua y el fuego.

Compuso el "Cántico de las Criaturas" (también conocido como Cántico del Hermano Sol), una de las primeras obras poéticas en italiano. En él expresa su alabanza a Dios por medio de la creación: “Alabado seas, mi Señor, por el hermano Sol, por la hermana Luna, por el hermano Viento, por la hermana Agua…”

Fue el primero en realizar un pesebre viviente, en la Navidad de 1223 en Greccio, con el fin de hacer más cercana la contemplación del misterio del nacimiento de Jesús. Además, dejó una Regla escrita para sus hermanos, exhortaciones, oraciones y cartas que forman parte del legado espiritual franciscano. “Comencemos, hermanos, a servir al Señor, porque hasta ahora poco o nada hemos hecho.”

Durante su vida y después de su muerte, a Francisco se le atribuyen numerosos episodios de carácter milagroso. Entre los más famosos están:
  • El lobo de Gubbio: Un feroz lobo atemorizaba al pueblo de Gubbio. Francisco salió a su encuentro, lo llamó “hermano lobo” y lo convenció de dejar de atacar a las personas, estableciendo un “pacto” entre el animal y los ciudadanos, que luego lo alimentaron en señal de paz. “Ven aquí, hermano lobo. En nombre de Cristo, te ordeno que no hagas más daño ni a las personas ni a los animales.”
  • Estigmas: En 1224, mientras oraba en el monte Alvernia, Francisco recibió los estigmas de Cristo: las heridas en manos, pies y costado, convirtiéndose en el primer santo con este don místico. “Vi una figura como un serafín crucificado, y al desaparecer la visión, sentí un gran dolor y vi impresas en mi carne las llagas del Señor.”
  • Curaciones: Se narran varias curaciones milagrosas obradas por Francisco en vida, como la sanación de leprosos, ciegos y enfermos a través de su oración y contacto.
  • Control sobre la naturaleza: Hay muchos testimonios sobre su cercanía con animales, aves que lo escuchaban predicar, peces que nadaban junto a él, e incluso fuego que lo respetaba. “Hermano fuego, seas cortés hoy, porque he de predicar al pueblo.”
Francisco murió el 3 de octubre de 1226, a los 44 años, en la Porciúncula, rodeado de sus hermanos, mientras cantaba el Salmo 141. Antes de morir, pidió ser colocado desnudo sobre la tierra, en humildad total. Fue canonizado apenas dos años después, en 1228, por el Papa Gregorio IX.

Se convirtió en uno de los santos más queridos del cristianismo, y en 1979 fue declarado patrono de los ecologistas por el Papa Juan Pablo II.

En 2013, el cardenal Bergolio, al ser nombrado Papa, adoptó su nombre como Papa Francisco, en honor a su ejemplo de humildad, sencillez y amor por los pobres.

San Francisco de Asís fue un testigo vivo del Evangelio. Su vida continúa inspirando a creyentes y no creyentes por igual. Su mensaje de fraternidad, paz, pobreza y amor por la creación es más actual que nunca en un mundo dividido y herido por la violencia y la crisis ecológica. “Laudato si’, mi Signore, per sora nostra madre Terra, la quale ne sustenta y governa...” (“Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la Madre Tierra, que nos sustenta y gobierna”).

San Francisco dejó un legado de paz, pobreza y amor a toda la creación. Su ejemplo sigue inspirando a millones, incluyendo al anterior Papa que tomó su nombre.

Hoy nos enseña que la verdadera riqueza no se lleva en el bolsillo, se lleva en el alma y que la Iglesia no es solo un edificio, sino cada corazón que se deja tocar por Dios.

jueves, 2 de octubre de 2025

SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

Los Ángeles Custodios, o ángeles de la guarda, son seres celestiales en varias religiones, especialmente en el catolicismo, que se cree que son asignados por Dios para proteger y guiar a cada persona desde su nacimiento hasta la muerte, ayudándola a alcanzar la salvación. La Iglesia Católica celebra su fiesta cada 2 de octubre, recordando su misión de asistencia e intercesión en la vida humana.

Sermón para la fiesta de los Santos Ángeles Custodios.

Hermanos míos, nuestros ángeles custodios son nuestros más fieles amigos, porque están con nosotros día y noche, en todo tiempo y lugar; la fe nos enseña que los tenemos siempre a nuestro lado. Eso es lo que hizo decir a David: "No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos" (Sl 90, 11). Y para que veamos cuán grandes son sus cuidados para con nosotros, el profeta dice que nos llevan en sus manos como una madre lleva a su hijo. ¡Ah! es que el Señor previó los peligros sin número a los que estaríamos expuestos en la tierra, en medio de tantos enemigos y que todos buscan nuestra perdición. Sí, son los ángeles buenos que nos consuelan en nuestras penas, que hacen nos demos cuenta cuando el demonio nos quiere tentar, que presentan a Dios nuestras oraciones y todas nuestras buenas acciones, que nos asisten en la hora de la muerte y presentan nuestras almas a su soberano juez.

Desde el comienzo del mundo, el trato de los ángeles con los hombres es tan frecuente que la Escritura santa los menciona a cada instante. Casi todos los patriarcas y profetas han sido instruidos por los ángeles acerca de la voluntad del Señor. Incluso a menudo vemos que el mismo Señor se ha hecho representar por ángeles. Pero me diréis, si les viéramos ¿no aumentaría nuestra confianza en ellos? Si esto hubiera sido necesario para la salvación de nuestra alma, el buen Dios los habría hecho visibles. Pero eso tiene muy poca importancia, porque en nuestra religión sólo conocemos por la fe, y esto para que todas nuestras acciones sean más meritorias.

Si deseáis saber el número de ángeles que existen, su función, os diré que son muy numerosos: unos han sido creados para honrar a Jesucristo en su vida escondida, dolorosa y gloriosa, o bien para ser los guardianes de los hombres sin dejar, por ello, de gozar de la presencia divina. Otros están ocupados en contemplar las perfecciones de Dios, o bien velan para que conservemos nuestra vida cristiana proveyéndonos de todos los medios necesarios para nuestra santificación. Si bien es verdad que el buen Dios se basta a sí mismo, no es menos verdad que para gobernar al mundo, se sirve del ministerio de sus ángeles.

Aunque el buen Dios se baste a sí mismo, sin embargo emplea, para gobernar el mundo, el ministerio de sus ángeles. Si vemos a Dios cuidar con tanto esmero de nuestra vida, debemos concluir que nuestra alma es algo muy grande y muy precioso, para que emplee para su conservación y santificación todo lo que tiene de más grande en su tribunal. Nos dio a su Hijo para salvarnos; Este mismo Hijo nos da a cada uno de nosotros, uno y hasta varios ángeles, que únicamente se ocupan de pedirle para nosotros las gracias y los socorros necesarios para nuestra salvación. ¡Oh, qué poco conoce el hombre lo que es, y el fin para qué ha sido creado! Leemos en la Escritura que el Señor decía a su pueblo: » Voy a enviaros a mi ángel, con el fin de que os conduzca en todos vuestros pasos» (Ex 23, 20).

Debemos invocar a menudo a nuestros ángeles de la guarda, respetarlos y, sobre todo tratar de imitarlos en todas nuestras acciones. La primera cosa que debemos imitar en ellos, es el pensamiento de la presencia de Dios. En efecto, si estuviéramos bien penetrados de la presencia de Dios, ¿Cómo podríamos hacer el mal? ¡Nuestras virtudes y todas nuestras buenas obras, serían mucho más agradables a Dios! Dios le dice a Abraham: "¿Quieres ser perfecto? Camina en mi presencia" (Gn 17, 1).

¿Cómo puede ser que olvidemos tan fácilmente al buen Dios, si lo tenemos siempre delante de nosotros? ¿Por qué no tenemos respeto y reconocimiento hacia nuestros ángeles, que nos acompañan día y noche? Soy demasiado miserable, diréis, para merecer esto. No sólo, hermanos míos, Dios no os pierde de vista un instante, sino que os da un ángel, que no deja de guiar vuestros pasos. ¡Oh, inmensa felicidad, tan poca conocida por los hombres!
San Juan María Vianney -Santo Cura de Ars

miércoles, 1 de octubre de 2025

LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA CATÓLICA

 

Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, mediante los cuales se nos comunica la vida divina. A través de ellos, Dios actúa en el creyente, fortaleciendo su fe y acompañándolo en las distintas etapas de la vida cristiana.

Cada sacramento tiene un efecto particular, pero todos tienen como fin último la salvación del hombre y la glorificación de Dios. En conjunto, los sacramentos acompañan al cristiano desde su nacimiento hasta su muerte, guiándolo por el camino de la fe y configurándolo cada vez más con Cristo.

Todos los sacramentos son signos visibles de una gracia invisible y canales por los cuales el Espíritu Santo actúa en la Iglesia. A través de ellos, el creyente crece en santidad, se fortalece en la fe y participa más plenamente en la vida divina.

Los sacramentos no son simples ritos simbólicos: son acciones de Cristo mismo, presentes y actuantes en su Iglesia. Por ello, requieren fe, disposición interior y participación consciente.

Son siete y se agrupan en tres grandes categorías: sacramentos de iniciación cristiana, sacramentos de sanación y sacramentos al servicio de la comunión y misión.

1. Sacramentos de iniciación cristiana

Bautismo: Es el primer sacramento y la puerta de entrada a la vida cristiana. Por él somos liberados del pecado original, incorporados a Cristo y a la Iglesia, y hechos hijos de Dios. Se administra con agua y la invocación trinitaria. Deja una marca espiritual indeleble en el alma.

Confirmación: Completa la gracia bautismal y fortalece la fe mediante el don del Espíritu Santo. El confirmado se convierte en testigo y defensor de Cristo, participando más plenamente en la vida de la Iglesia. Se administra con la unción del santo crisma y la imposición de manos del obispo.

Eucaristía: Es el centro de la vida cristiana. En ella se hace presente el sacrificio de Cristo en la cruz bajo las especies de pan y vino, que se convierten en su Cuerpo y Sangre. Al recibirla, los fieles se unen íntimamente con Cristo y con la comunidad eclesial. Es fuente y culmen de toda la vida cristiana.

2. Sacramentos de sanación

Penitencia o Reconciliación: Este sacramento devuelve la gracia bautismal cuando se ha perdido por el pecado grave. A través de la confesión sincera, el arrepentimiento y la absolución del sacerdote, el pecador es reconciliado con Dios y con la Iglesia. También fortalece el alma para resistir futuras tentaciones.

Unción de los Enfermos: Concede consuelo, paz, fortaleza y, si es la voluntad de Dios, la salud corporal a los fieles que padecen grave enfermedad o debilidad. Une al enfermo a la pasión de Cristo y prepara su alma para el encuentro definitivo con el Señor. Se administra mediante la unción con óleo bendecido y la oración del sacerdote.

3. Sacramentos al servicio de la comunión y misión

Orden Sacerdotal: Mediante este sacramento, algunos fieles son consagrados para servir al pueblo de Dios en nombre de Cristo. El orden se confiere en tres grados: diaconado, presbiterado y episcopado. Por él, el ministro actúa in persona Christi, especialmente en la Eucaristía, la predicación y la guía pastoral.

Matrimonio: Es la alianza establecida por un hombre y una mujer bautizados, que se unen libremente para toda la vida en un vínculo de amor fiel y fecundo. El matrimonio simboliza la unión de Cristo con su Iglesia y se ordena al bien de los esposos y a la generación y educación de los hijos. Los mismos esposos son ministros del sacramento al darse el consentimiento mutuo.

Los sacramentos construyen y fortalecen la comunidad eclesial: el Bautismo y la Confirmación incorporan a nuevos miembros; la Eucaristía une a todos en un mismo cuerpo; la Reconciliación restaura la comunión rota; la Unción consuela en la debilidad; el Orden asegura el ministerio y el anuncio del Evangelio; y el Matrimonio refleja el amor fiel y creador de Dios en el mundo.

Vivir los sacramentos con fe es dejar que Cristo actúe en nosotros, transformando nuestra vida y enviándonos a ser testigos de su amor en el mundo. A través de ellos, la gracia divina nos sostiene y guía en nuestro camino hacia la plenitud del Reino de Dios.


martes, 30 de septiembre de 2025

LA CREACIÓN

La Biblia dice que Dios creo el universo en seis días ¿Entonces cómo podemos hablar siendo católicos y creyentes de los millones de años y de los miles de millones de años que dice la ciencia tardó en hacerse el universo?

 En primer lugar, lo más importante que hay que tener en cuenta es que la Biblia no nos enseña ciencia. Como decía ya San Agustín “la Biblia no nos dice cómo van los cielos sino cómo se va al cielo” que es más importante. Por lo tanto, ni le podemos pedir a la Biblia que nos enseñe ciencia, ni le podemos pedir a la ciencia que nos enseñe teología. Son dos maneras parciales de conocer, pero no abarcan todo.

En segundo lugar, la Biblia se escribió para enseñar ideas de valor teológico a gente que no tenía ninguna base científica. Hablarles de microbios hace 5000 años a los nómadas de Palestina sería como hablar en chino a un español. Hablarles de las fuerzas de la materia que rigen en el universo, de átomos, absurdo. De modo que no debemos buscar en la Biblia lo que no hay, ya que no sería comprensible para aquellos a quienes se dirigía.

El Génesis nos dice de una manera muy poética lo que era importante para la gente de aquel entorno y de aquel tiempo, que todo cuanto hay de bueno y de orden en el universo viene de Dios y que todo está dirigido al bien del hombre, porque el universo está hecho para nosotros, para que nosotros podamos conocer a Dios y finalmente participar también de su vida y de su felicidad.

Lo explica como una historia, cuento, parábola, etc. de un padre que prepara una casa para sus hijos. La Biblia nos dice como Dios prepara el universo para que sea la casa del ser humano que va a ser imagen viviente de Dios.

Y así en esos seis días de la creación hay tres días en que se prepara el terreno y el entorno para la casa y otros tres días en que se amuebla.

El primer día todo es un caos y para un israelita el caos por excelencia era un mar alborotado, de modo que lo primero que hay es un mar tenebroso, oscuro y todo alborotado. Por lo tanto, el primer paso del creador es decir que haya luz, y Dios hace la luz ¿Y de dónde viene la luz? Pues no hay estrellas, no hay sol. Para aquella gente no importaba, Dios puede hacer que haya luz, ¿por qué ha de ser del sol o de las estrellas? Ya tenemos la luz y Dios separa un período de luz de un período de tinieblas. El primer día está concluido.  Y ¿qué es un día? Pues un periodo de luz seguido de un periodo de tinieblas ¿tiene que tener 24 horas? No, eso no era importante.

Al inicio del segundo día todo está revuelto, hay que hacer un hueco en ese mar tenebroso. Los antiguos tenían una idea muy poética de que llueve porque hay agua allá arriba y se cae y que se hace un pozo y aparece agua porque hay agua allá abajo. Parece como si el mundo fuera una especie de cueva dentro de un entorno de agua.  Pero para que haya ese espacio libre hay que hacer una bóveda, que no se ve porque es transparente, pero que separa las aguas de arriba para que no caigan y otro lugar abajo para que quede el resto del agua. Esto se hace el segundo día.

El tercer día por ahora solo hay agua y esa bóveda con más agua encima. Hay que hacer un lugar seco. Para los antiguos, que no conocían que los continentes se mueven y que cambian las cuencas de los océanos etc., el mar está donde está porque Dios le da una orden, ese es su sitio, y separa las aguas quedando tierra seca y los océanos. Y en esa tierra seca Dios comienza poniendo hierba, porque la hierba va a ser necesaria para que pueda luego haber animales.

En el cuarto día Dios empieza a decorar la casa. Lo primero que hace es poner unas lámparas bonitas en el cielo, el sol para que presida al día y a la luna para que presida a la noche y las estrellas. Todo eso está en esa bóveda transparente. Las estrellas y el sol y la luna eran importantes para los israelíes porque se dan cuenta de que no era verdad que las estrellas y los astros fuesen dioses, que no era verdad que dirigían los destinos humanos, que toda la astrología es puro cuento, que los astros son servidores de Dios y servidores del hombre, que sirven para que haya estaciones, para marcar un calendario con fiestas religiosas y que pueda haber orden en la vida. Y por fin cuando ya está preparado el lugar entonces Dios hace los animales primero en el agua y en el aire luego en la tierra y cuando todo está preparado entonces puede ya hacer al hombre a su imagen y semejanza.

De modo que es una historia, cuento, parábola, o como queramos llamarlo, de como Dios hace todo con un orden, para bien de hombre. Esto está en contraposición a todo lo que decían los paganos, que la tierra era lo más primitivo, que de la tierra nacían los dioses, que los dioses no tenían omnipotencia que no eran tampoco capaces de soportarse unos a otros y tenían luchas. Todo ello queda borrado de este modo tan hermoso de la Biblia, hablar de como Dios crea todo para bien del ser humano, para nuestro bien, porque nosotros somos los únicos que conocemos a Dios y obramos libremente y por eso somos y fuimos creados a su imagen y semejanza.

Padre Manuel Carreira, teólogo, filósofo y astrofísico

domingo, 28 de septiembre de 2025

SAN MIGUEL ARCÁNGEL


Celebramos la festividad de nuestra Patrono San Miguel Arcángel. Como viene siendo desde el 2018, nuestra Patrona, la Virgen de los Liñares nos acompaña en la Iglesia para estos días de fiesta, para procesionar junto a San Miguel después de la Misa solemne por los lugares de costumbre. También entregamos el reconocimiento al vecino del año, durante el concierto posterior a la Misa y que este año se le ha otorgado a los miembros de Cáritas parroquial saliente por su servicio y cuidado de los mas necesitados, a título póstumo al arquitecto Tomás Pérez-Lorente Quirós por su generosidad y a Gilberto Costas por su gran labor con los jóvenes y el deporte, llevando el nombre de San Miguel de Oia a nivel nacional e internacional.

San Miguel es uno de los tres arcángeles mencionados en la Sagrada Escritura, junto con Gabriel y Rafael. Su nombre significa “¿Quién como Dios?”, una expresión que proclama la grandeza del Señor y la humildad de sus servidores.

En la Biblia, aparece como un defensor del pueblo de Dios y jefe de los ejércitos celestiales. En el libro de Daniel, se le describe como el protector de Israel, el que lucha contra las fuerzas del mal y sostiene a los fieles en la prueba. En el Apocalipsis, se narra la gran batalla en la que Miguel y sus ángeles vencen al dragón, símbolo de Satanás, expulsándolo del cielo.

La tradición cristiana lo presenta como el guardián de la Iglesia y el que acompaña a los fieles en la hora de la muerte, conduciéndolos hacia la presencia de Dios. También se le invoca como defensor contra las tentaciones, las adversidades y los peligros espirituales.

El culto a San Miguel se extendió desde los primeros siglos del cristianismo. Numerosos santuarios le han sido dedicados, como el Monte Gargano en Italia y el Monte Saint-Michel en Francia. Su fiesta se celebra el 29 de septiembre, junto con los arcángeles Gabriel y Rafael.

San Miguel es representado habitualmente como un guerrero celestial: con armadura, espada o lanza en mano, y bajo sus pies el demonio derrotado. Esta imagen recuerda la victoria de la luz sobre las tinieblas y de la gracia sobre el pecado.

La Iglesia ha difundido oraciones en su honor, especialmente la célebre oración compuesta por el papa León XIII, en la que se pide a San Miguel que defienda a los fieles en la lucha contra las fuerzas del mal.

Para los cristianos, San Miguel Arcángel es un modelo de fidelidad y fortaleza. Su misión es recordarnos que la verdadera victoria no está en la fuerza humana, sino en la confianza plena en Dios. Invocarlo es pedir ayuda para vivir en la verdad, resistir al mal y permanecer firmes en la fe.

Así, San Miguel continúa siendo un compañero de camino para la Iglesia, un signo de esperanza y un poderoso intercesor que nos anima a proclamar con nuestra vida: “¿Quién como Dios?”

Oración a San Miguel Arcángel

"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial,
con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo para la perdición de las almas”.

Amén.

 

Papa León XIII

 

martes, 23 de septiembre de 2025

SAN PÍO DE PIETRELCINA (PADRE PÍO)

 

Hoy celebramos la memoria del Padre Pio. En nuestra Diócesis hay una capilla en Priegue (Nigrán) que está dedicada a este santo, y aunque la devoción al Padre Pio es muy grande dado que es el santo patrón de los adolescentes, los voluntarios de defensa civil de quienes buscan alivio del estrés y de los enfermos y sufrientes hospitalarios, es la única que existe en Galicia y de las pocas que existen en España.
 
San Pío de Pietrelcina (Padre Pío) nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, un pequeño pueblo del sur de Italia, en el seno de una familia humilde y profundamente religiosa. Su nombre de nacimiento fue Francesco Forgione. Desde temprana edad manifestó una gran inclinación espiritual, mostrando deseos de consagrarse a Dios. A los 15 años ingresó en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y adoptó el nombre de Fray Pío.

Fue ordenado sacerdote en 1910. Poco después, comenzaron a manifestarse en él fenómenos místicos extraordinarios, como visiones, éxtasis y sufrimientos corporales. En 1918, recibió los estigmas de Cristo, heridas visibles en manos, pies y costado, que conservó durante 50 años, convirtiéndose en el primer sacerdote en la historia de la Iglesia que los recibió de forma permanente.

Padre Pío vivió la mayor parte de su vida en el convento de San Giovanni Rotondo, donde ejerció un intenso ministerio de confesión, dirección espiritual y celebración de la Eucaristía. Su confesionario se convirtió en un punto de peregrinación, pues se le atribuía un don especial para leer los corazones y guiar a los penitentes. Pasaba hasta 15 horas diarias confesando, y miles de personas viajaban desde todo el mundo para hablar con él.

También se le atribuyeron múltiples milagros, como curaciones inexplicables, bilocaciones, y profecías. No obstante, durante su vida fue objeto de controversias. La Iglesia realizó varias investigaciones, y por un tiempo se le impusieron restricciones a su ministerio. Con el tiempo, sin embargo, fue plenamente rehabilitado y reconocido por su santidad.

En 1956 fundó el "Hospital Casa Sollievo della Sofferenza", una obra médica destinada a aliviar el sufrimiento de los enfermos, considerada uno de los hospitales más avanzados de Italia en su tiempo.

Padre Pío falleció el 23 de septiembre de 1968, a los 81 años. Su muerte fue llorada por miles de fieles que lo consideraban un santo en vida. En 1999 fue beatificado por el papa Juan Pablo II y canonizado por el mismo pontífice el 16 de junio de 2002. Su fiesta litúrgica se celebra el 23 de septiembre.

Hoy, San Pío de Pietrelcina es uno de los santos más venerados del mundo católico. Su vida fue un testimonio de fe, humildad, obediencia, sufrimiento ofrecido por amor a Dios y un compromiso incansable con la oración y la caridad.

Oración al Señor por intercesión de San Pio de Pietrelcina

"Oh Dios, que a tu siervo San Pío de Pietrelcina le concediste el insigne privilegio de participar de la pasión de tu Hijo: concédeme por su intercesión la gracia de … [menciona tu petición], que ardientemente deseo, y otorgarme, sobre todo, la gracia de conformarme a la muerte de Jesús para alcanzar la gloria de la resurrección"

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

BAJO TU AMPARO

 

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

Es la primera oración dirigida a María, conocida en la actualidad, está escrita en griego y se llama Sub tuum praesidium (Bajo tu protección). En ella, a la Virgen María se le llama "theotokos", es decir, la "Dadora de nacimiento de Dios", "la Madre de Dios" y es una referencia bastante importante desde un punto de vista histórico y teológico.

Esta oración, fue "encontrada en un fragmento de papiro que data de aproximadamente el año 250 dC", solo un par de siglos después de la muerte y resurrección de Cristo, aproximadamente un siglo antes de Constantino y el Edicto de Milán, dos siglos antes del Tercer Concilio Ecuménico, el Concilio de Éfeso, en el cual la Virgen María fue proclamada oficialmente, por primera vez, "Madre de Dios", Theotokos.

Este papiro demuestra que ya existía una devoción a María desde los primeros cristianos, su creencia en su poderosa intercesión y su papel como intercesora ante Dios quienes la reconocían como Madre de Dios. Actualmente, es un himno muy utilizado en la Iglesia en las liturgias católicas.

Resulta impresionante rezar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C., que es la fecha en que se dató el papiro en el que se encontraba.

Nosotros no la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente.

Resulta agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la tradición no es algo inventado, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.

Fuentes:

https://es.catholic.net/op/articulos/61850/cat/70/la-oracion-mas-antigua-dirigida-a-la-virgen-sub-tuum-praesidium.html#modal

https://es.aleteia.org/2019/08/16/este-papiro-contiene-la-oracion-mariana-mas-antigua-conocida-hasta-la-fecha/

 



sábado, 20 de septiembre de 2025

LA SEÑAL DE LA CRUZ

 

La cruz es el símbolo por excelencia de la religión cristiana; una fe basada en el sacrificio de Jesucristo, quien se dejó crucificar para pagar por los pecados de las personas y, con el gesto, redimir a la humanidad. Por ello, lucir colgada la cruz en el pecho es, a ojos de muchos cristianos, lo más natural del mundo, ya que alude a la dignidad de su religión

Santiguarse, signarse y persignarse son actos muy frecuentes entre los cristianos, pero que muchos confunden y mezclan. Así, santiguarse, signarse y persignarse es hacer una cruz, si bien el sentido varía en función de cómo y dónde se haga.

Santiguarse es hacer la cruz grande (de frente al vientre y de hombro a hombro) diciendo "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amén". Esto implica una invocación a la Santísima Trinidad y una entrega total a la voluntad de Dios. Uno se santigua a inicio de la misa, por ejemplo, o al pasar frente a una iglesia o al comenzar un rezo cuando va a empezar el día.

Signarse son tres cruces pequeñas sobre la frente, los labios y el pecho diciendo "Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro". Es una petición a Dios para que proteja la mente, la palabra y el corazón, librando de pensamientos negativos, palabras hirientes y malas acciones. El signarse se hace antes de proclamar el evangelio en la misa, en la frente para predisponer nuestra mente a la escucha atenta del mismo, en la boca para que sepamos anunciar el evangelio, y en el pecho para ser custodiado con amor y fe. Todo de cara a permitir que el Evangelio que se proclama se haga vida en nosotros y dé los debidos frutos

Persignarse es la combinación de ambas: primero las tres cruces pequeñas del signarse y luego la cruz grande del santiguarse. Combina la protección para la mente, la palabra y la acción (del signarse) con la invocación a la Trinidad y la entrega a Dios (del santiguarse). Uno se persigna en el comienzo de las oraciones que se dicen a comienzos del Santo rosario con el viacrucis y las novenas.

domingo, 14 de septiembre de 2025

NUESTRA SEÑORA DE LOS LIÑARES

     

Hoy celebramos la fiesta en Honor a Nuestra Señora la Virgen de los Liñares. Una fiesta entrañablemente familiar, donde, como cada año, reúne a tantas familias de la parroquia, que en torno a la mesa recuerdan a los que nos han dejado. Dia para acercarse a la Capilla de la Virgen para rezar y pedir su intercesión para todo lo que nos preocupa, acompañarla en procesión alrededor de la Capilla y disfrutar de un día de amistad y fraternidad. Seguro que ella nos escucha. Muchos son los que se encuentran este día tras un año sin haberse visto, manteniendo así un lazo que la Virgen mantiene.

Dediquemos un minuto de nuestro tiempo para elevarle una pequeña oración:

Madre de misericordia, Virgen de los Liñares, pongo en tus manos mi vida, mi amor y todo lo que soy.

Te consagro mis trabajos, mis alegrías, mis dolores y mis preocupaciones.

Ayúdame a vivir en fidelidad a tu Hijo, Jesús, y guíame por el camino de la paz y la esperanza.

Te pido que protejas mi familia, que nos des la gracia de respetar y amar la vida, como tú amaste la vida del Hijo de Dios.

Te ruego que bendigas la educación de mis hijos y nos concedas la unidad y el amor en nuestro hogar.

Madre Santa, enséñame a acercarme siempre a Jesús, a buscar su perdón cuando caigo y a recibir los sacramentos con devoción.

Dame la paz de un corazón limpio y libre de maldad, para que pueda llevar la verdadera alegría y paz a los demás.

 Que tu amor me sostenga y me guíe siempre hacia tu Hijo, para que viva en su luz y en su gracia.

Amén.


FGM

sábado, 13 de septiembre de 2025

NOVENA A LA VIRGEN DE LOS LIÑARES

Previamente a la fiesta en Honor a la Virgen de los Liñares, hemos tenido la celebración del Rosario y la Novena a la Virgen, en los cuales hemos pedido a Nuestra Señora de los Liñares en los distintos días por los sacerdotes y personas de vida consagrada, por los trabajadores, por los enfermos, por los países oprimidos, por los pueblos que sufren la pobreza, el hambre y desastres naturales, por el cuidado de la tierra, por los cristianos perseguidos y en dificultades, por las familias y por todos los devotos de la Virgen de los Liñares, vivos y difuntos. 

Así mismo, hemos meditado sobre las virtudes de la Virgen María basados en las reflexiones del grupo de jóvenes de Misión País que nos acompañaron este verano.

María, Madre de Jesús, es el modelo más perfecto de virtudes cristianas. Su vida refleja las actitudes fundamentales que un creyente está llamado a imitar.

La humildad es el fundamento de todas sus virtudes: aunque llena de gracia, se reconocía pequeña y dependiente de Dios, respondiendo siempre con un “sí” confiado. Rechazaba alabanzas y dirigía toda gloria al Señor, tanto en la Anunciación como en la Visitación, y especialmente al pie de la cruz.

El amor a Dios en María fue total, cumpliendo de manera perfecta el mandamiento de amar con todo el corazón. Su relación con la Trinidad –Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo– muestra su entrega plena y amorosa.

De ese amor brota la caridad con el prójimo. Sirvió a Isabel con generosidad, se preocupó de los novios en Caná y continúa intercediendo por nosotros. Su compasión es reflejo del corazón de Cristo.

La fe de María fue firme y luminosa: creyó en las promesas de Dios aun sin ver. Supo reconocer a su Hijo como Dios en cada circunstancia, desde Belén hasta el Calvario, permaneciendo siempre fiel.

La esperanza de María se apoyó en la confianza absoluta en la Providencia. En momentos de incertidumbre, pobreza o huida, esperó en las promesas divinas, y sobre todo en la resurrección de su Hijo.

La pureza de María, en cuerpo y espíritu, fue fuente de fidelidad y castidad. Se entregó plenamente a Dios y es modelo para jóvenes, esposos y consagrados, recordándonos que el cuerpo es templo del Espíritu Santo.

Su pobreza no fue solo material, sino sobre todo espiritual: desprendida de todo, tuvo a Dios como único bien. Nos enseña a vivir libres de apegos, con un corazón disponible para Él.

La obediencia de María es ejemplo de docilidad a la voluntad de Dios. Desde la Anunciación hasta el Calvario, aceptó con fe y amor los designios divinos, incluso en el dolor más grande.

La dulzura tiene origen en la bondad que derrama el corazón. La bondad del corazón de la Madre es enorme porque su fuente es inagotable, es el mismo Dios. No hay consuelo humano más grande que la ternura del corazón dulce de Nuestra Madre, que nos llama sin descanso a volver a su Hijo. 

Finalmente, la oración fue el pilar de su vida. Amaba el silencio, cultivaba la intimidad con Dios y halló en la oración la fuerza para cumplir su misión y permanecer junto a Cristo hasta la cruz.

Así, María es modelo de humildad, amor, fe, esperanza, pureza, pobreza, obediencia y oración. Su vida enseña que la verdadera grandeza está en el servicio, la confianza y el abandono total en Dios. Ella nos invita a imitar sus virtudes para crecer en santidad y alcanzar la vida eterna.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

PRIMER SANTO CRISTIANO VENERADO POR LA IGLESIA

 

Hemos asistido estos días a la canonización de dos jóvenes, Carlo Acutis (15 años) y Pier Giorgio Frassati (24 años). Carlo Acutis es el primer santo milenial, la persona contemporánea más joven en alcanzar la santidad en la Iglesia católica, podríamos decir casi con total seguridad que es el primer santo al que sus padres y hermanos asisten a su canonización. Muchos primeros.

También conocemos quien fue el santo que menos tiempo tardó en ser canonizado, Pedro de Verona también conocido como San Pedro Mártir, que fue canonizado a los 337 días después de su muerte.

El primer mártir cristiano fue San Esteban, conocido como el "protomártir" que fue acusado de blasfemia, llevado ante el Sanedrín y finalmente lapidado hasta la muerte por su valiente defensa de la fe en Jesús.

Pero ¿conocemos quién fue el primer santo cristiano que venera la Iglesia Católica?

Es San Dimas, también conocido como el buen ladrón (uno de los dos ladrones que fue crucificado junto a Jesús), a diferencia del otro ladrón crucificado, imploró a Jesús: “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”, a lo que el Señor contestó: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23, 39-43). Dimas nunca fue “canonizado” de manera formal por la Iglesia. Se le cuenta entre los santos porque ha sido la única persona a quien Jesucristo aseguró explícitamente que estaría en el cielo, compartiendo su gloria, así como el único que fue canonizado en vida. 

Es claro que San Dimas, el buen ladrón, reconoció, en un acto de fe verdadera, al Hijo de Dios. Haberlo hecho lo condujo en seguida a admitir con humildad su pecado, y pedir misericordia.

Si bien no hay certeza sobre su nombre, sí la hay sobre su destino. Que haya vivido como ladrón o criminal para después acogerse a la misericordia del Señor, termina siendo motivo de inspiración y de esperanza para todos los hijos de la Iglesia, porque somos pecadores.

Es el patrón de los prisioneros y los moribundos. También fue nombrado patrono del gremio de los anticuarios, por ser el santo más antiguo de la Historia.

domingo, 24 de agosto de 2025

NUEVO ESTANDARTE PARROQUIAL


La parroquia cuenta con un nuevo estandarte fabricado en tela azul con bordes dorados y dos borlas doradas y en el que puede verse por la parte delantera la imagen sobre lienzo de nuestro patrono San Miguel y la leyenda PARROQUIA SAN MIGUEL DE OIA y por la parte posterior la vidriera de la iglesia con el escudo de San Miguel con la leyenda QUIS SICUT DEUS (QUIEN COMO DIOS) y que fue presentado y bendecido el día 11 de Mayo de 2025. 

Fue llevado en la procesión del Cristo de la Victoria de Vigo el día 3 de Agosto de 2025